jueves, 26 de junio de 2008

La Noche de San Juan II


Entre canción y canción, miré de casualidad mi móvil, por si alguien se habría acordado de mi, y me había mandado un toque, o perdida, o como queráis llamarle. Y vi tres mensajes iguales... del 144, uséase, un "llámame que no tengo saldo" de Vodafone... y el número que lo mandaba era el de Lea...

Le dije a los chicos que me iba a ir un momento a llamar, que si me acompañaban... y así lo hicieron, porque también querían recoger a nosequién. Fuimos andando y andando, volvimos entre los pasillos de hogueras ya reducidas a ascuas, hasta el moderno puente peatonal estilo Calatrava (no es de él, me temo) que une las dos orillas del río Fuengirola. El río está pocas veces seco... pero sí normalmente lleno de mierda :P Aunque en ocasiones hay colonias de flamencos (de las aves, ya se sobreentiende... los gitanos están en la otra punta :P) que lo hacen muy bonito, junto con los peces que hay. El río acaba siendo como un pequeño pantanito o laguna, ya que cuando tiene poco nivel sus aguas no llegan directamente al mar, sino que se forma como un cordón de arena bastante ancho por el que se puede pasar. Hacia arriba, llega a una especie de presa que regula el agua que cae, así, el agua está casi siempre estancada, pero no por ello huele mal ni nada.

La cosa es que estando allí, al otro lado del castillo y su colina, donde ya la música no molestaba tanto, llamé a Lea. Simplemente me preguntó que cómo estábamos, dónde y qué hacíamos, y le conté un poco como había ido el tema. Pero luego, de repente, empezó a llorar, cosa que me preocupó de veras... aunque en el fondo no me extrañaba. Me dijo que estaba harta, que había discutido otra vez con su madre por ciertas cosas que no vienen al caso, y que se quería bajar sí o sí a la playa con nosotros. Yo me quedé de piedra, y algo asustado... intenté consolarla, le dije toda la verdad que ya sabía, que no le convendría escaparse de casa de ninguna manera, primero porque sólo empeoraría las cosas con su madre a la hora de volver, segundo porque vive en el quinto pino a la derecha y quería hacerse varios largos kilómetros a las 2 de la mañana y sola por mitad de la carretara al no tener dinero para un taxi, y tercero porque quizás podían volverle los extraños dolores y podría pasarlo mal. Pero ni por esas, dijo que dejaba su casa, pues necesitaba tomar el aire un rato. Me juró y perjuró entre lágrimas de furia e impotencia que no pasaría nada si se escapase, y viendo ya que yo no podía hacer nada, la obligué a que cogiese almenos un taxi para bajarse... a la subida, ya se lo pagaría yo.

En fin, tras media hora sin aparecer por donde estaba mi grupo, estuve un rato buscándolos y llamándolos, y al rato los localicé. Volvimos por el cordón de arena de vuelta hacia nuestra parcelita primera, donde estaban los otros chicos al otro lado del río, y allí estuvimos un rato viendo cómo un tipo hacía malabares con botellas ardiendo, mientras venía Lea. Y se ve que tenía ganas de venir, porque a los 10 minutos allí estaba. Nos abrazó a todos, nos besó, e intenté hablar con ella un poco. Se le veía aún afectada, pero decía que no quería hablar, que nada más tenía que decir y había venido para disfrutar de la Noche de San Juan. Así que ya, casi todos (menos Marcos que se largó... cuando se bañó, cogió demasiado frío, y empezaba a sentirse mal... así que llamó a sus padres, y se fue sobre las 2 y algo), volvimos al centro de la fiesta pasando por los cada vez más liberados y emocionados (y bebidos) jóvenes, y allí anduvimos otro rato. Volví a bailar al ritmo de la música house, y de la que hacía un tipo con un violín en el escenario, no muy bueno en mi opinión, pero si impresionó a los demás, que no habían visto tocar un violín en su vida.
Volví a observar a la gente a mi alrededor... una señora mayor bailando con un tío bueno... otros dos tíos buenos, típicos de playa, bronceadísimos, con bañador floreado, collar de conchas y gafas RayBan, tonteando con una chica... varios chicos monísimos en la barra que habían montado en un quiosco ahí en medio, que no paraban de mirarme... tres chicas rastafaris bailando, cada una con su porro en la mano... y gays, muchos gays.

Recordé que Jose, cierto chico de Mijas que conocía hace más de un año, estaba por ahí. No lo conocí en persona jamás, todo fue por msn... no me acuerdo si contacté con él por Terra, o por Badoo, en ese verano tan aburrido del 2007 que pasé. Conocí a muchos chicos, pero él fue el que mejor me cayó... quizás porque vivía más cerca. Es mucho mayor... tiene unos 24 años... quizás ya 25, y es guapo... pero se le nota la edad. Al principio él quería quedar... y una vez que casi me decidí a aceptar, él empezó a salir con otro chico. Vi que entonces no volvió a decirme de conocernos... lo que me daba una idea bastante exacta de lo que quería conmigo. Pero al cortar con el otro, el mismo día, volvió a pedírmelo. En parte pasaba de él, porque no pensaba decirle que sí, pero por otra me gustaba mantener largas conversaciones, y en el fondo quería conocerlo... aunque resultaba un poco simple para mi, sinceramente, y no quiero pecar de soberbia ni superioridad... Pero en todo este año, ni una vez hemos llegado a organizar algo. Quizás algún día... Pero ése me dijo que estaría por la playa del Castillo, atento por si me veía. Y para qué negarlo... también estaba yo ojo avizor pendiente de su persencia entre el gentío. Pero no lo vi... ni falta que me hizo.

(Posteriormente me dijo que al final no había podido ir... y que se quedó en Mijas con un ligue suyo... bueh, tampoco me importa)

La cosa es que me sorprendió la cantidad de gays (o eso me parecían a mi) que había a mi alrededor. Me percaté de que miradas cargadas de todo tipo de sentimientos cruzaban el ambiente, entre danzantes manos levantadas que sujetaban cubatas, dirigidas desde y para chicos guapos. Así que me aproveché... y me incursioné solo entre la muchedumbre bailarina unos instantes, mirando directamente a los ojos a los chicos mayores, y sintiendo roces por todos lados. Ahi sí que disfruté!!

Pero rápidamente tuve que volver a donde estaba mi grupito, ya cansado que quería marcharse a reposar un rato a nuestra "zona reservada". Me quedé con las ganas de disfrutar un rato más, y seguir haciendo el loco entre los chicos... pero el grupo manda, y Lea no quería separase de mí... decía que había demasiado buitre que le asustaba... SIEMPRE hay buitres (ya sabéis, chicos que rondan deseosos de carne femenina...) alrededor suya... para mi que en ocasiones se lo tiene creído, pero bueh... aunque es cierto que Lea es guapísima, tiene un cuerpo perfecto y resulta muy atrayente por la ropa que viste... pero de ahí a que tenga que estar yo de guardaespaldas.... y precisamente yo, que esa noche con solo echarme un vistazo, se me veía maricón xD

Nos apropiamos de una toalla ajena (luego descubrí que era de alguien de la clase, así que no problem), y tumbado con mi amiga sobre ella, estuvimos observando el cielo, el reflejo del castillo, el puente y unas hogueras sobre la tranquila agua del río, mientras la música entraba por los oídos y con su ecos en el suelo llenaba mi cabeza. Ella se estaba quedando fritita... tenía frío, así que le di mi camisa... aunque de poco le servía, ya que era fiiiina fina... pero la intención es lo que cuenta.

Y de buenas a primeras, llegó el novio de Kitty... pero llegó algo... maltrecho. Estaba borracho como una cuba! Mi pobre Kitty se indignó un poco... no había estado con él antes esa noche, porque de alguna manera le dijo que quería estar solo con sus amigos, y que más tarde se verían. A Kitty se le cayó el cielo cuando vio cómo llegaba... pero peor se quedó cuando él le contó lo que le había pasado. Dijo que cierta chica había pasado toda la velada intentando meterle boca, pero que él la había rechazado, aunque se fue con ella a un lugar apartado... donde no recuerda lo que pasó ni dónde fue, pero sí que no se lió con ella... todo esto entre las risitas estúpidas típicas de los que están borrachos. Kitty se vino abajo... ese payaso había conseguido amargar la noche más corta del año, en la que ella solo quería disfrutar y pasarlo bien con sus queridos.

Lea y yo nos fuimos con ella, y estuvimos consolándola. Le hicimos ver que no todo estaba perdido ni mucho menos, que no iba a pasar lo mismo que con su otro novio así que se quitase ese miedo de la cabeza (ella no paraba de decir que era lo mismo... y es que cortaron por una situación parecida... él decía que otra chica iba tras él... y Kitty empezó a convencerse de que no debía tener celos, porque confiaba en él... y al final la dejó por la otra acosadora), que comprendiese que estaba borracho, y que quizás se lo había inventado, o que al estar bajo de defensas como estaba, había dicho toda la verdad. Se tranquilizó, y volvió a donde estaba él, cerca de una fogata haciendo el tonto. Estuvieron hablando un rato, mientras Lea y yo intercambiábamos caracteres (que bien que me ha quedao xD) sobre lo que había pasado. Al final vimos que la pareja, iluminadas por la luz de la luna que ya estaba alta sobre el mar, se daba un gran abrazo y un tierno beso... entonces ya vimos que nuestra función allí ya servía de poco.

Volvimos a la toalla... cuyo dueño ya había recogido... así que estuvimos decidiendo qué hacer. Lea tenía muchísimo frío, y yo ya estaba aburrido de estar allí, quería hacer algo, pero la gente no estaba por la labor. El mijeño, que había estado con nosotros todo el tiempo, se había comprado sus 6 latas de cerveza e iba tragándoselas con anillas y todo una detrás de otra. Poco a poco se le veía en la mirada el puntillo que estaba cogiendo... se le perdían los ojos, se le hundían en sus cuencas, y cada vez hablaba más... lo fuerte fue cuando se compró su otra media docena... que tío! Bebe muchísimo, pero no se le nota casi nada... solo cuando ya lleva 12, se siente totalmente mal, claro!

Lea y yo no teníamos nada que hacer, a parte de escuchar la música y al mijeño bebedor, así que decidimos irnos. Eran apenas las 4 de la mañana... yo quería aprovecharla la noche más corta del año mucho más... pero ella quería irse, y entonces no tendría quién me acompañase a mi casa andando (si, me da algo de repelús... y encima esa noche, en las que hay tantas peleas). Así que, resentido, dejé que Lea pidiese un taxi con mi móvil, y, echando un vistazo a todo lo que dejaba atrás, me metí en el coche. No tenía ganas de irme a mi casa... estaba super despejado y activo... y encima, ni padre no me había puesto hora!!!!!! Eso es porque mi madre ha pasado unos días fuera, en Antequera con mi abuelo, así que tenía libertad para dejarme hacer lo que él permitiría...

Así que allí estaba, a las 4 y algo en mi cama, con los ojos como platos enfocando al techo oscuro, y con Silvio Rodríguez susurrándome al oído hasta que me dormí.

Al fin, la Noche de San Juan, terminaba... había estado bien, muy bien, requetebién... pero algo le faltó para que hubiese ido superbién. Si, sabéis lo que era... y si no, en la foto ved el beso gay que capturé con mi móvil, y de paso el escenario y todo el gentío. Ahora si... eso es lo que me faltaba... aunque en general, no estuvo nada mal. Tendré noches mucho mejores a lo largo del verano... y quién sabe... aunque lo dudo... quizás llego a suplir esa falta.

Así que si conocéis a algún chico mono, sensible e inteligente, que viva por Fuengirola o los alrededores... mandádmelooo!!! xD

Un besazo enorme a todos!!!


PD: We, al fin terminé de contarlo! xD