lunes, 4 de agosto de 2008

Arde la calle al sol del poniente...

Tengo un calor de los mil demonios... parece ésto el mismísimo infierno!!


El fin de semana, como sabéis, lo pasé en Palma del Río, en casa de mis abuelos. Ellos, como ya dije alguna vez, viven en una urbanización muy apartada, en un gran solar ahora partido por dos, pues mis tíos les compraron la segunda mitad y se han establecido allí. Está en una pequeña elevación cerca de un Parque Natural que posee un bonito embalse, en el Valle Medio del Guadalquivir. Y se nota su cercanía con Écija, "La Sartén de Andalucía", llamada así por sus altas temperaturas... porque caray, qué calor que hace en la casa de mis abuelos!! No es por exagerar... pero es que en la sombra, el mercurio alcanzaba holgadamente los 38!! Imaginad lo que haría afuera, en pleno sol!! En las vistas de la terraza, a parte de las otras casas, se ve un ancho campo totalmente seco, con muchos hierbajos altos deshidratados y muertos por el sol, alguna que otra vaca pastando y un toro que a veces la monta. No muy refrescante paisaje, ciertamente...

Pero, en contraste, dentro de la casa hace frío. Mis abuelos instalaron hace años aire acondicionado en todas las habitaciones de la casa. Eso se supone digno de agradecimiento, sabiendo cómo se está afuera... pero nada más lejos de la verdad! Hace un frío que pela dentro... tanto que a veces nos llevamos camisetas de manga larga, o nos dejan jerseys viejos de mi abuelo, para poder arroparnos un poco. Pero aún así, y una vez más, he vuelto resfriado de allá. Si es que se pasan... o blanco, o negro, no consiguen apreciar el gris!!

De vuelta, en el laaaaargo trayecto en coche llevado por mi madre, el calor siguió aumentando. Había aire acondicionado, eso sí... pero a mi me dió todo el solano en la cara y los brazos durante más de una hora. En el exterior, el termómetro del coche marcaba los 42 grados en ciertas zonas... menos mal que bajó la temperatura al pasar la Sierra de Mijas e internarnos en la Costa del Sol. Aunque eso sí... el bronceado de mi cara se vio favorecido, algo bueno tendría que tener la cosa! ^^


En la casa de mis abuelos hay gatos por doquier. Bueno, en la casa no, porque dentro no entran, pero en los patios abundan a montones. No quiero exagerar tampoco ahora, así que diré que tiene unos 20 o 25 gatos... y es verdad. Todos con nombres, y con una larga y exacta genealogía que mi abuela conoce de memoria. Y es que a mi abuela le encantan los gatos y los perros... también tienen 9 perros en otro patio. Ella ya no tiene preocupaciones, no tiene nada qué hacer... y, sinceramente, parece que le ha cogido el gustillo al sufrimiento, porque se desvive por sus animalitos. No para de hablar de ellos... y la verdad es que a veces es divertido, porque te cuenta como un culebrón que el tal Sombra ha tenido crías con Misi, y luego con su hermana Juli, y que una mató al gatito de la otra, y que luego vino ella y puso paz sobre la tierra, y todos fueron felices y comieron perdices y pienso de Whiskas. Me hace gracia... pero otras me preocupa de verdad. Se desvive demasiado por ellos, lo pasa realmente mal por tonterías... que si tal gato no come, que si tal otro se va a la calle, que si estos dos se han peleado porque uno le ha quitado la comida... Lo peor, es que éso también nos lo cuenta a nosotros!! Y acabamos sufriendo allí en el salón, con las uñas clavadas al cristal de la mesa, a punto de llorar por los pobres gatitos. Hombre, a mi me gustan los gatos... pero tantoooo...


En fin, otro finde más en casa de mis abuelos... por lo menos me bañé en la piscina de mis tíos, tomé algo el sol, e hice alguna que otra fotografía curiosilla.

Un caluroso besazo a todos, y espero que el tiempo refresque!!!