sábado, 29 de mayo de 2010

¿Y qué puedo decir yo ahora?




Simplemente tengo ganas de escribir. Con sinceridad, echo de menos esto. Mi vida exterior me está cansando, no resulta muy agradable en esta época, y la interior AL FIN ha empezado a bullir, y necesito plasmarlo de alguna forma en un medio ajeno, que no está ni en mí ni fuera, sino en el maravilloso universo virtual.


Es una época de cambios. Los primeros exámenes finales. Acaba mi primer año de carrera. Se me ha pasado demasiado rápido. Arquitectura me ha tratado bien, ha sabido atraparme, pero no los profesores. Son la mayor queja que tengo en cuanto a la Escuela, son la inmensa mayoría unos incompetentes. No son capaces de hacer bien su trabajo: ENSEÑAR. La Arquitectura es un Arte, no se puede estudiar ni empollar, hay que practicarla. Hay que sentirla, que aprehenderla, que latirla. Y los profesores no ayudan. No enseñan, no TRANSMITEN ningún amor, ninguna vocación, no son capaces de emocionarse con la Arquitectura, no la viven. Yo estoy empezando a sentirla por debajo de mi piel, comienzo a verla como una forma de vida, mi forma de vida. He llegado a soltar un par de lágrimas al ver una plaza bien hecha, o a cabrearme con una escalera mal resuelta. La Arquitectura es un arte y un oficio, pero actualmente sólo está vista como una forma de ganar dinero. La gente se queja mucho de que sea tan complicada, que necesites esforzarte y trabajar tanto. Eso me parece repulsivo e insultante. La Arquitectura es mucho más que el resto. Lo repito, es un Arte, como es la música, la pintura, la danza, la escultura o la poesía. Hay que amar lo que haces. He dicho.

Pero sigue habiendo cambios. Paso a segundo curso. Cambio de piso, de compañeros. Tengo nuevos amigos, soy cada vez más y más sociable. Me he integrado en un pequeño grupo fascinante que me hace sentir muy bien. ¡Y... tengo novio! Aún está muy fresco todo, pero parece que va bien. Es extraño. No le quiero todavía, pero estamos bien como estamos. Estoy a gusto. Nos conocimos por la calle, fue un flechazo de estos de película, toda nuestra relación está siendo como un filme, muy emotiva, algún día lo contaré. A mí me parece muy mono, la verdad, y tiene fuertes brazos. Me dedicó una canción de Piaf y me llevó a la radio, donde trabaja por las tardes. Tiene mi edad. Es atento, la verdad. Es... lo que necesito. Pero aún así, algo no me cuadra. Me siento expectante, como a la espera de que ocurra algo más. Pero no sé exactamente el qué.


(Siempre sigues ahí, tú. Maldito.)


Y es que todo son personas que van y que vienen. Personas que no son lo que parecen. O que no parecen lo que son. He de aprender mucho todavía. Conocer más al ser humano, conocerme a mí. Todo el mundo puede sorprenderte de cualquier manera. Cualquier día puede ser especial. La felicidad es una actitud con la que mirar a la vida. Y te lo creas o no, tú eliges cómo verlo todo. Pero todavía necesito conocer más.


8 meses han pasado desde que me vine aquí a vivir. Han pasado muchas cosas. Me he enamorado de una chica. He llorado por ella, he gritado, he sonreído, le he regalado todas mis posesiones. Pero no ha pasado nada más, ella no se da cuenta de nada. Y yo he de olvidarla. Como he de olvidar a quien yo me sé. Aunque sí que me sé que será durante un tiempo. Que hay cosas que hay que dejarlas reposar un poco, como la paella bien hecha, para luego retomarlas en su punto justo. Sigo pensando en ella todos los días, y en ti. Y en mi medicuchillo, más que a nadie. Él ya no me leerá, se habrá olvidado de mi. Pero yo sigo aquí, el Gato sigue esperándole. (¿Recuerdas que te dije que eras la primera persona en cuyos ojos me vi reflejado? Sigues siendo la única.)


Este verano va a ser duro. A parte de lo que tendré que estudiar (no soy ni mucho menos un estudiante ejemplar), por la situación en Fuengirola. Ya no la siento mi casa. Me amarga. Es una ciudad extraña, inhóspita. Espero viajar mucho. Me iré a cualquier sitio, a Londres, o quizás a Barcelona, una semanita: tengo dinero ahorrado, ganas de viajar e interés por conocer y aprender. Iré solo, supongo. La soledad no es mala, al revés. Cuando estás realmente solo, cuando piensas qué es la soledad, descubres que ahí hay alguien más. Tú mismo. Te destapas a ti, comienzas entonces a charlar con tu propia voz, y te conoces mirándote a los ojos. Te haces amigo de ti mismo. Y cuando alguien está con un amigo, nunca está solo.


Creo que he aprendido. Y eso es lo mejor que puedo sacar de este curso tan, tan duro.




Los días pasan demasiado rápido. Tengo miedo del tiempo.

miércoles, 26 de mayo de 2010






No alarms
and


no

surprises

, please.


jueves, 13 de mayo de 2010




Mi realidad

Lo siento por interrumpir
sólo he venido a preguntar:
me dice que soy infeliz
¿qué puedo hacer por mejorar?

Psicoanalistas deprimí
con un trastorno bipolar
razones para desistir
y tiempo para imaginar..

Mi mundo que es mi realidad.
(x2)

Yo no necesito hablar
para expresar una emoción,
me basta sólo con mirar.
Pero sí necesito amar
es mi única ambición.
(¡es lo que necesito!)


¿Qué puedo hacer por mejorar mi mundo que es mi realidad?
(x2)
mi mundo que es mi realidad (x2)

Se que a veces tengo la sensación de que no va a cambiar, que sólo puede ir a peor..

Yo no necesito hablar para expresar una emoción,
me basta sólo con mirar..
Pero sí necesito amar
es mi única ambición.
(¡y es lo que necesito!)


¡Y es lo que necesito!

¡A VER SI TE ENTERAS DE UNA PUTA VEZ!





Dios, esta canción me ha llegado. ¿Por qué no les di una oportunidad antes? Pero nunca es tarde, ¿no?



¿No?
ODIO que mis compañeros de piso, dos hermanos, se turnen cada tres o cuatro días para venirse aquí con sus novias a follar todas las noches.


Es MUY incómodo escucharlos.



Y MUY triste que lo último que haya tenido yo, haya sido en el asiento trasero de un coche.



Sehh, el Gato está empezando a gustar de los placeres del sexo. Con mucho dolor emocional (los traumas siguen ahí), pero poco a poco se van superando las cosas. Lo que necesitaba era algo de confianza. He encontrado a un buen compañero de encuentros nocturnos, y por ahora no parece que la cosa vaya a más.




Qué irónico.

Antes, la gente quedaba, se conocía, con el roce diario se hacían amigos. Y con suerte, si parecía prometer la cosa, empezaban a salir, y con el paso del tiempo, acaban follando.


Ahora, la gente queda, folla, con el "roce" diario se hacen amigos. Y con suerte, si parecía prometer la cosa, empiezan a salir, y con el paso del tiempo, acaban conociéndose.




Acabará gustándome mucho el sexo. Lamentablemente, pocas veces he podido hacerlo, y más lamentablemente aún, ninguna bien, en condiciones. Pero lo que sí me han dicho varios, es que tengo una lengua de oro, algo inaudito. No sé si será para tanto.

Así que todos aquellos que no quisieron pararse a mirarme a los ojos, todos esos se lo pierden.





PostIt mental:
((Venga, Gato, sigue siendo fuerte. Tú puedes. Lo conseguirás. Lo que no se sabe es qué conseguirás ni qué esperas encontrar. Pero nadie te ayudará, eso sí puedes tenerlo claro.))

viernes, 7 de mayo de 2010




Y es que no puedo dejar de pensar en tí.

Porque te quiero. Te quiero. Y te quiero. Y no sé por qué te quiero.

Porque fuiste una oportunidad en mi vida. La gran oportunidad de ser feliz. Eras paz, tranquilidad, diversión, seguridad, mucha seguridad. Eras protección. Eras conocimiento. Eras armonía. Significabas mi reconciliación con el mundo. Te necesitaba. Eras especial. Porque una palabra tuya bastaba para sanarme. Pero dos fueron suficientes para matarme.


Y lo sabías. Pero te daba igual. A ti te daba todo igual. Creías controlar bien la situación. Te creías con derecho a ser Dios. Y en el fondo eras otro mortal más. Lo peor es que yo me lo creí, y te puse en mi altar. Te veneré y te adoré. Hasta que vi que todo el ascenso de Dante era en vano.


Y ahora no quiero saber nada más de ti. Pero necesito volver a relacionarme contigo. Aunque no puedo soportar tus palabras. Odio las palabras. Todo hubiera sido distinto si hubiésemos dejado las palabras de lado hace mucho tiempo. Hay otras formas de expresión.


Pero está el gran problema. El Problema.


Que me enamoré. Y que quiero estar contigo. Sólo y exclusivamente contigo.

Y tú quieres otra cosa.

Es una pena. Haríamos una bonita pareja. Pero tú quieres otra cosa que no soy yo. Y yo no puedo hacerle nada.


Así que he de retirarme yo, o habrás de retirarte tú. Porque en este momento hablamos un lenguaje diferente.


Ni puedo decirte lo que quieres escuchar, ni yo tendré lo que necesito oír.





(Me gustaría que en esta ocasión no me dejase nadie ningún comentario. Gracias.)