domingo, 12 de octubre de 2008

Un pequeño paso para la humanidad, un gran paso para el Gato.



Os voy a contar lo que sucedió esta mañana. Muy fuerte para mi... pero que tenía que llegar tarde o temprano.

Antes, os informaré de otras cosas, para que vayáis viendo por dónde irán los tiros. En esta semana de asueto acompañado de mi padre, aparte de la paz interior de cada uno, de la autoreflexión, hemos dialogado. Si, los dos, di-álogo. Hemos hablado de muchas cosas... pero principalmente, a mi me interesaba sacar el tema de eGeo. Quizás porque pensaba en él las 26 horas del día... puede ser. El caso es que de ello hemos hablado varias veces... él decía que no se sabía lo que podía pasar en un futuro, así que debíamos tener cuidado al planear muchas cosas, pues todo podría salir o no salir: nos ilusionaríamos y habría bastantes posibilidades de fracasar, decepcionarnos y frustrarnos aún más. Eso lo entiendo... pero bueno, si soñar es gratis, ¿por qué privarme?. Me parece que ya sé muy bien dónde acaba la realidad, y empieza la ficción... cuáles planos de nuestro futuro hacer y cuándo es mejor no imaginar...

Me dijo en varias ocasiones que lo que pueda o no pasar en el futuro dependía de las circunstancias. Y esas circunstancias eran eGeo, su madre, yo, y la mía. Osea, que el problema podría estar en mi madre. Me aseguró que intentaría hablar con ella para irla poniendo al corriente de la situación, para ver como se lo tomaba... pero ojo, a todo esto, y es lo que me sorprende y puede pasar inadvertido, no se dijo ninguna palabra sobre qué es lo que se hablaba. ¿Qué le diría a mi madre, sobre qué situación habría de informar, el qué se iba a tomar bien o mal? Ninguno de los dos dijo nada. Hasta hoy, que se ve que él no pudo más.

Esta mañana me levanté temprano (a las 10), estuve desayunando, arreglando las cosas, barriendo, recogiendo la ropa, etc... ,mientras mis padres salían en coche a mi otra casa, para darle una vuelta y ver cómo estaba. En cierto momento cuando llegaron mis padres antes de comer y ya estaba yo en el ordenador, entró mi padre en el cuarto. Empezó a arreglar el pomo de la puerta, y me habló por lo bajo. Mi madre por lo visto estaba muy mal, y habían hablando entre ellos en el viaje. Me dijo que le ha empezado a decir a mi madre que eGeo vino a verme a Navarrete, poco a poco, para que lo vaya asimilando. Y en cierto momento, de sopetón...

"¿A ti te gusta ese chico?".... Titubeos, sudor frío por el pecho... "Si, si, si..." primero débiles y luego más fuertes.

Le dije que si, que me gusta otro chico, él conoce al chico... osea, ya saben que soy gay. Me dijo también que si lo tenía seguro, o que si dudaba de algo... le dije que no, que lo tengo claro. Si, que soy maricón perdío, y estoy super orgulloso de ello, lo tengo super asumido, pues hasta he hecho el amor con la persona que más quiero en este planeta y en los de alrededor. Esto, por supuesto, no se lo dije, sino que lo pensé. Siguió diciéndome que, como yo no contaba nunca nada, pues que tenían que ir adivinándolo ellos, por lo que era más difícil. Me sinceré diciéndoles que para mi era mucho más difícil, que es duro y complicado contarlo, y que tenía algo de miedo. Me respondió diciéndome que lo comprendía, que era lógico y que él estaría igual que yo en mi situación.

Dijo que intentaría hablar con mi madre poco a poco, para irle poniendo en antecedentes, y que lo fuese asimilando lentamente. No sé si ése es el problema... que mi madre quizás no lo acepta, y que mi padre quiera hablar con ella para que lo asuma. Yo creo que no le importará... también es verdad que ella está en un momento terrible por muchas cosas... se siente sola... y yo cada vez me aparto más, porque tengo otras cosas que hacer y de las que preocuparme... pero ahora me viene lo difícil. Se lo tendría que decir yo, lo sé... que no fuese como mi padre, que me lo ha preguntado él... que en parte es lo que quería, si... pero resulta como de cobardes,¿no?. Pues si, seré un cobarde, que ni en la feria me quiero subir en ningun cacharro, solo en el típico saltamontes...

Pero como no quiero comparar a mi madre con un saltamontes, diré que voy a dejar el río correr. Si mi padre se lo dice, bien, perfecto, yo sólo lo que quiero es que dentro de unos meses la situación con mi familia sea ideal y amena. Que sepan que soy gay, y que no tengan problemas en aceptar que tengo un novio de mi edad en Logroño. Porque vaya, se podrán quejar, pero eGeo es totalmente aconsejable para mi, me parece... si es que es ideal!.

Mi padre terminó de arreglar la puerta, me dijo que no pasaba nada, que actuase con normalidad, y se fue. Los minutos siguientes, quedé en estado de shock... ahora estoy normal, como si no pasase nada. Como realmente debería estar.

Total, que el gato está cada vez más cerca de mi salida oficial de armario. Ya dejará de haber gato encerrado... jejeje.

Como bien me dijo Oso esta mañana, pues estaba hablando con él cuando pasó lo que pasó... se me abre un proceso enorme.... ¡Espero salir bien de ésta!

¡¡Un besazo a todos!!

eGeo y Gato - Primera parte: El Viaje Definitivo


Al fin. Tras una noche de llantos al teléfono, henchidos ambos de amor, me desperté a las 6 y media. Sobre las 8 cogimos, somnolientos y ridículos con nuestras pesadas y voluminosas mochilas por la ciudad, que nos hacían sentir fuera de lugar, el Cercanías Fuengirola - Málaga, para luego esperar un ratito allá y embarcar (¿No sería entrenar, ya que se trata de un tren, no de un barco?) en el AVE Málaga-Madrid de las 9 y media. El viaje se nos hizo pesado... tuvo varias paradas, en total duró casi 3 horas... nos pusieron una película, "Conversaciones con mi Jardinero"... pero nos la cortaron antes de verla entera, una pena pues estaba muy bien, aunque ahora no me voy a parar a relatar de qué trataba. 

Finalmente, a las 12 menos cinco minutos, llegábamos a la estación de trenes Atocha de Madrid. Allí estaba esperándonos Milú, y tras un largo abrazo a cada uno de los dos, salimos a la estación. No teníamos nada que hacer hasta las 6 y media que salía el siguiente tren, así que nos dejamos guiar por ella a través de la inmensa ciudad. El paseo del Prado, el Retiro (ahí me acordé de Jorge y sus aventurillas por el parque, aunque a decir verdad, casi siempre tenía en mente al Osito... aunque tenía la esperanza de encontrarme al Rey del Recorte por la calle, cosa más que improbable), y por último lo que más me gustó de Madrid: ¡¡el Vips!! Adoro ese local... porque además en la entrada, al menos en el que yo fuí, hay libros de historia, pintura o arquitectura, películas y muchas cositas interesantes para mi. ¡Pero también demasiado caras para mi!

Paseamos mucho al lado de Milú... nos contó diversas cosas, hablamos de nuestra web (tenemos una web en común los tres, sobre poesía, y nos va muy bien... no digo nada más, por seguridad :P), de Les Luhiers, de nosotros, del Camino, y, en los momentos más confidentes, intentábamos sonsacarle algo de su vida personal, de todos sus problemas... pero una vez más, resultó impenetrable. Sabemos que está mal, se quiere separar de su marido, pero no puede... tiene las cosas muy muy difíciles. Así que ahí estábamos, 6 horas en Madrid para complacerla, para que se sintiese bien al menos durante un pequeño espacio de tiempo, un breve resplandor de luz en sus apagados días. La quiero mucho, pero en ocasiones me siento tan impotente, al no poder hacer nada...

Madrid, bonito y gran Madrid, mucha gente peculiar. Pero ese día no iba a ser sólo Madrid... porque aunque me costase creerlo, esa misma noche estaría en Logroño con eGeo, mi chico, él, la razón de mi viaje. La verdad, y me sorprendía a mi en su momento... no estaba nada nervioso. Era como si ya tuviese todo hecho, y solo faltase esperar... pero tampoco quería que el tiempo pasase rápido, o lento... prefería no pensar, pues sabía que llegaría sí o sí. Esa noche vería a eGeo, todo iba a salir bien, tendría mi primer beso y sería feliz... es una sensación tan extraña para mi, tener por primera vez algo seguro... Empezaba a disfrutar el momento, sin tener en mente lo que hacer después o lo que he hecho antes... de tal manera, todo trascurriría con más normalidad.

A las 6 y poco embarcamos (...entrenamos...), despidiéndonos calurosamente (porque calor en la estación hacía, con tanta humedad por las plantitas y tal... aunque eso si, precioso!), y volvimos al traqueteo del tren. Hacía algunas paradas, y no era un AVE... pero eso si, igual volaba, aunque por las paradas llegaríamos a las 11. Pusieron otra película... "27 vestidos", la típica comedia romántica americana... pero que me caló más que la película anterior (que si era mucho más profunda, francesa, buenísimos guiones y complejos personajes), quizás por el tema del que trataba. Una chica organiza las bodas de sus amigas, pero ella no tiene a nadie con quien casarse. Se enamora de su jefe, su hermana se lía con él y entonces la prota tiene que organizar la nueva boda, la que más le duele. Al final, les fastidia la boda, y consigue enamorarse de otro chico, un escritor. Parecido a mi historia, ¿no creéis?. Sólo queda ver si mi trama termina igual que la otra, es decir, casándome con el escritor, eGeo. Quizás sea el momento, que estaba cansado, la sensación de proximidad con eGeo que aumentaba por kilómetro recorrido, no sé... pero varias lágrimas se me escaparon de mis emocionados ojos cuando se dieron el beso tras el "sí quiero". No, que los chicos no lloran. (Juas, eso no se lo cree ni Bosé).

Ya, ya, al fin, me acercaba a eGeo... lo sentía, cada vez más... empezaba a impacientarme... miraba el reloj cada dos minutos... a las 10 menos cuarto ya estaba exasperado, tenía hambre, así que tras terminar de ver la película (y esconder esas lagrimitas), nos dirigimos al vagón restaurante, que de restaurante poco tiene, ya que sólo ofrecen sandwiches empaquetados al vacío.  Pero imaginad cuál fue nuestrar sorpresa cuando nos dijeron que ya estaba cerrado... ¿Cómo iba a estar cerrado, si todavía quedaba una hora de tren? No lo entendimos... hasta que nos dijeron que era lógico, pues llegaríamos a la estación en 7 minutos... ¡¡¡Osea, que el tren arrivaba a las 10, y no a las 11 de la noche!!! En ese momento, en el reflejo del oscuro cristal que a medias mostraba la noche exterior, vi mi careto mostrando una ridícula sonrisa de felicidad... tuve que girarme, no me gustaba lo que veía. Pero qué despistados somos, que ni miramos el horario de llegada, ¡yo que tenía todo planeado con eGeo para vernos a las 11 y media!

Ya casi taquicárdico, volví a mi asiento tras recorrer temblorosos vagones... ¡¡cada vez más cerca!! Las luces que se veían a lo lejos iban aproximándose, cada vez más lentamente, hasta que el tren detuvo por completo su movimiento. Al bajar del tren y pisar el suelo, pensé dos cosas. La primera... ¡Ostia, pero qué frio, joder!. Y es que yo estaba con la mínima ropa por el caldeado ambiente de nuestro coche (vagón), la baja temperatura me impactó fuertemente. Lo segundo... ¡Ostia, que ahí pone Logroño, que estoy aquí, y este frío me hace sentir, es totalmente real, me duele!. Y empezó un leve tembleque de piernas, una vibración constante de mis extremidades, como me suele pasar cuando estoy muy nervioso... aunque ahora que lo pienso, pudo bien ser causado por el penetrante frío. 

Salir de la estación y no encontrar ningún taxi, sentir más frío, todo eso me daba igual. Alcancé a teclear en mi móvil el número de eGeo, lo llamé... y le di la buena y feliz noticia. Feliz... ya empezaba yo a estar feliz. Curioso momento ése... no sabía lo que hacer, me sentía extraño, fuera de mi lugar, pero en mi sitio... andaba por terrenos peligrosos y desconocidos, pero sabía que debía estar ahí, que iba por buen camino. Mi padre pidió un taxi, y mientras volvía, conocimos a otro paciente viajero que esperaba su vehículo, descubriendo que era también de Málaga, que le gustaba andar, y que habíamos escalado las mismas montañas. ¡Qué cosas, irse a Logroño, para conocer a un paisano tuyo!

Llegó el taxi... bonita ciudad pude ver por los cristales salpicados de agua... empezaba a llover finamente... pero me dio igual. De nuevo esa extraña sensación... una ciudad desconocida, pero que sentía mía... ¿será por todo lo que nos ha hablado eGeo de ella, o porque él mismo ya representa esa ciudad, y esa ciudad representa a eGeo? Amaba la ciudad, como amaba a eGeo... Y allí estaba yo. El señor taxista nos dejó en frente del hotel. Un hotel precioso, por cierto, tal y como mi amor me lo había descrito. Algún día pasaré una noche allá con él... cenaremos entre los arcos, subiremos besándonos en el ascendor de cristal, y disfrutaremos de una divertida noche en la gran cama... 

Ahora tocaba ducharme, cenar algo y...

encontrarme con el Amor.

Manos a la obra.


Antes de nada, mil disculpas. 

Ayer estuve todo el día en casa del mijeño, como dije, pero me vine a las 7 y media de la tarde. Me aburrí allí, quizás porque de repente no hubo nadie interesante. Bueno, si... estuvieron Lea, el novio, Marcos, Azul, otro chico, y el mijeño, por supuesto. Con todos hablé... pero con quien me interesaba a mi, Lea, esa chica con la que tenía tanta relación... pues apenas cruzamos dos palabras. 

Estaba flipándolo... osea... ¿ella, que sabe TODO lo que me ha pasado, lo que he sufrido durante años, y que encontrado a un chico, me he enamorado, he ido a verlo a Logroño... joder, que he hecho 130 km sólo para verlo, me parece que eso no lo hace mucha gente, y el que lo haga es por un motivo muy fuerte como el mío... y ni me pregunta que cómo me ha ido con él, ni siquiera el viaje? Sigo fliplando. Al igual con Kitty... el jueves, después de un día agotador que ya os contaré, me llamó a la noche despertándome sólo para que la consolase durante 15 minutos, para luego soltarme un "¿Bueno, y tu que tal?", y colgarme a los pocos minutos. Vaya amigas... se supone que me conocen, que saben lo que he pasado y lo bien que puedo estar ahora... antes pensaba que no querían estar conmigo cuando yo estaba mal, porque se cansaban... pero es que ahora veo que ni en mi mejor momento quieren acercarse a mi, ni se alegran por mi felicidad. ¿Menuda amistad, no creéis?

Bueh, estoy un poquito cabreado por ello... y por varias cosas que pasaron ayer, sin importancia. Pobre eGeo, que tuvo que soportar mis borderías al teléfono... no te voy a pedir perdón, porque dirías que no hay nada que perdonar... así que te diré que lo lamento.

En casa del mijeño, guay con los demás. Hablé mucho, se me notaba que estaba feliz, por una vez me veía yo un poco más en el centro, íntegramente dentro del grupo. Hice el payaso, me reí, y se rieron conmigo... no estuvo tan mal si olvidamos el pasotismo de Lea respecto a lo que me pasó. Pero me aburrí, y me volví pronto, en el bus de las 7 y media, los demás se quedaron allí a dormir. Volví, hablé con el treinteañero, quedé con él a las 10, hablé con eGeo, Milú se enfadó conmigo porque no le hablaba... y mis padres también pusieron muchas pegas a lo de salir, pues no sabían ni con quién iba, ni nada... Me agobié muchísimo. Pero menos mal que el agobio se esfumó cuando entré en el Recinto Ferial... buscando a los otros, a Lara, a Chris y su novio, al rubito, a todos... ¡lo pasé realmente bien entre ellos!. Tuve que volver a las 12 y media, porque a mi padre se le metió entre ceja y ceja que así debía de ser... supongo que lo coaccionó mi madre, porque en todo el día no había estado con ellos y les quedó cierto resquemor... en fin, espero que se les pase pronto, porque quiero salir esta noche otra vez, más tarde. 

Y ahora, a escribir lo mío, lo que todos andaban esperando. Espero hacerlo lo mejor posible... me guiaré por lo escrito con eGeo, aunque corregiré algunas cosas y añadiré varias más...

¡¡¡¡Un besazo a todos!!!!!

PD: La imagen corresponde a los protagonistas de una serie española, Manos a la obra, de hace muuchos años... a mi la verdad es que nunca me gustó...