jueves, 28 de mayo de 2009

Te quiero.


Que bueno, que bueno - Jarabe de Palo con Jorge Drexler.

Te quiero
aunque ahora no viene a cuento
aunque no te lo demuestro
te quiero.
Te quiero
aunque pareza que me olvide
aunque creas que no es cierto
eso es lo que siento.

Me gusta
pensar que me gustas
saber que te quiero
qué bueno, qué bueno.
Me gusta
ser el dueño de tus celos
despertarme y darme cuenta
de lo mucho que te quiero.

Quererte
quererte no es bastante
quererte es no entenderte
y que te siga queriendo.
Quererte
quererte es acordarme
quererte es merecerte
más de lo que te merezco.

Me gusta
pensar que me gustas
saber que te quiero
qué bueno, qué bueno.
Me gusta
ser el dueño de tus celos
despertarme y darme cuenta
de lo mucho que te quiero.

Te tengo, te pierdo
te agarro, te suelto.
Te vas y te espero
te busco, te encuentro.

Te acercas, me alejo
te escucho, te cuento
te compro, te vendo
te odio, te quiero.

Te dejas, me dejo
me besas, te muerdo.
Te lamo, te huelo,
qué bueno, qué bueno.
Te pido, te ofrezco
(te amo, te miento)
te abrazo, te aprieto
me duermo, te sueño
qué bueno, qué bueno.

Te quiero
y lo que más echo de menos
es que no te quiera más
de lo mucho que te quiero.
Te echo de menos
tu retrato en la pared
una cartita en el correo
para decirte que te quiero.

Qué bueno, qué bueno...


Es todo tan triste... de veras, espero poder decírselo en persona. NUNCA tengáis una relación a distancia, si no sois suficientemente FUERTES.

Espero que te guste, mi vida.

¡¡Y yo, mañana tengo el último examen de matemáticas!!

También, he llegado hoy a los 20.000 visitantes... bravo por mí (¿?), que lo he conseguido (¡¡¿¿??!!), a pesar de postar tan poco durante estos tiempos!

Muchas gracias a todos, sin vosotros no habría sido posible ^^

¡¡Un besazo a todos!!

Te quiero...

sábado, 23 de mayo de 2009

El fin del comienzo.

(Aviso: pónganse cómodos, hagan sus necesidades, coman algo antes de empezar... porque es laaargoooo!)


Hoy he pasado las últimas 6 horas oficiales lectivas. Me he despedido definitivamente de las clases, de los profesores, de mis compañeros, a pesar de que los veré la semana que viene en algún que otro exámen que nos queda por realizar, y en varias clases que aún hemos de dar.

He paseado con mi cámara de fotos por todo el recinto. Observando, cegándome la vista por el intenso calor de hoy. El sol salió tan pletórico como nunca: quizás sea una forma de despedirse, de demostrarnos lo bonito que puede ser el instituto, o tal vez fuese una premonición de nuestra vida futura. Me he acercado sin miedo a la parte del instituto que nunca visito, a los campos de fútbol, aquella zona donde años ha pasaba todos los recreos. Estuve haciendo un concienzudo repaso mental de todos los cursos.

En el primer año, yo era un chico tímido. Pequeño, inexperto, pero muy razonador. Pensaba en todo, intentaba analizar cada detalle de cada persona, pretendía entender el complejo intríngulis que, como ya podía apreciar, era la vida. Vagueaba por el recreo solo, como todos los primerizos, acercándome o bien a los que ya conocía de otros años, pero seguían siendo simples conocidos, o bien a los que poco a poco iba conociendo más en el nuevo panorama. Pero amigos, amigos, ahora me doy cuenta que no tenía. Me juntaba mucho con alguna chica, de esas que siempre han estado en tu vida, que saben todo de tí y a la que le cuentas todo... pero que no hay algo especial, algo que os una de verdad... compartíamos todos los secretos por puro aburrimiento y costumbre. Ese año conocí a Marcos, y a otro chico que se unió a mí en cada recreo durante varios años.

En el segundo curso, ese tal chico, Dani, seguía pegado a mí, me perseguía. Y tan sólo era porque él parecía muy raro, algo friky y geek, y yo era el único que le hacía caso. No llegó a ser un gran amigo, ni tampoco le conté nada de mi vida, digamos, oculta (la gay), aunque sí le contaba de las chicas que en ese momento me gustaban. Ese año caí en una clase totalmente solo, con mayoría de repetidores de otros años, que no se interesaban más que por los problemas. Me enamoré, o eso creía, de una chica inteligente, guapa, sencilla pero interesante... o, repito, eso creía, pues ahora veo lo simple, llana y poco atrayente (en todo sentido) que es. Era un amor platónico, por el que me autofustigaba, escribía poemas desesperados, le mandaba notitas con cualquier excusa para llamar la atención, le miraba y sonreía... y era correspondido... pero no de igual manera. Como ya no me era de extrañar, a pesar de mi ingenua ilusión, pasó de mí. Pero sobreviví, conseguí meterme en mi burbuja durante todo el curso, aislarme más aún, y pasar el curso.

En ese año de 2º de ESO, me marqué mis retos. Quería ser un chico inteligente, educado, interesante, muy culto, y, cómo no, guapo. Empecé a leer muchísimo, me tragaba los libros a pares. Comencé también una terapia para que el maldito acné me desapareciese, y empecé a dejarme el pelo largo. Estos primeros cambios físicos se dieron en el tercer año de mi estadía en el instituto. Ahí conocí a Kitty y a Lea, dos chicas que me acompañarían en el siguiente curso. Conocí también a Julián, quien puede ser mi futuro compañero de piso, aunque en ese momento no se me habría pasado por la cabeza tener una relación tan buena como la que mantengo ahora con él. Empezaron los de siempre a joder más que nunca, y aparecieron los primeros insultos homófobos. En ese momento, yo no le había dicho a nadie mis dudas sexuales, tan sólo a una chica tímida y alternativa que también sentía lo que yo. 

El 4º curso fue decisivo. Ya nos sentíamos casi los reyes del instituto, pero por ello mismo, las responsabilidades aumentaban. Estar en el último año de ESO no era moco de pavo. Ética, física, biología, aquella aterradora profesora de Matemáticas (que luego se convertiría en una de las personas más entrañables que jamás conocí), todo nos daba miedo, nos imponía. Y yo, personalmente, había empezado de culo. Ya sabéis la historia, paso de contarla.


Pero hoy, al pasear de nuevo por esos pasillos, he recordado cada uno de esos instantes. En aquel lugar es donde Adán me intentó besar y me pidió salir con él, en aquel otro le veía sentarse y hablar con sus amigas, por aquella zona del aparcamiento me sentaba yo, escuchando las peroratas de mi amigo el friki sobre la chica que supuestamente me gustaba, mientras mi mente volaba lejos y se llevaba a otro de la mano. En aquellos baños de puertas metálicas destrozadas y ventanas arrancadas, había derramado miles de lágrimas. Sobre las libretas que los niños llevaban de un lado para otro, había yo descargado mi furia, y también las había acabado empapando. Había abrazado con todo mi cuerpo a Kitty y a Lea... pero por mucho que mojase sus hombros y apretase mis brazos, no las sentía, era frío, todo era frío. Total apariencia. Puro teatro.


Volví a pasear esta mañana solitario por entre los demás niños. Sin acercarme a nadie, sin atraer ninguna mirada, pasando desapercibido, silencioso y transparente como había aprendido. Volví a fijarme en los más míseros y pequeños detalles, en las miradas de una chica a un chico, en la pobreza de otro en el vestir, en los toques maestros de pelota que hacían tres futbolistas, de la pluma poco discreta de un tercero y en dos chicas que, disimuladamente, se daban la mano. El amor, la diversión, el juego, fluía por todas partes. Y me llenaban. Pero me entristecían

Me entristecía por mí. Era una especie de nostalgia, de deseo antiguo, de sentimiento caducado, un rememorar exacto, una melancolía por lo que ya no está. Lo pasé mal, muy mal, allí. Fui desgraciado, estuve solo, me trataron mal, y me sentí como una mierda. Pero allí pasó, el lugar continúa en su sitio, no tiene la culpa. Tan solo es un espectador que no elige la obra que ante sí ha de representarse. Estaba triste porque, de todos esos momentos, ninguno resplandecía por luz propia: era incapaz de recordar las cosas buenas. Me esforzaba, y no podía. Siempre, en cada instante durante estos seis años, una nube negra se ha cernido sobre mi cabeza, oscureciendo mi alrededor. Por ello me entristezco aún.

Y me entristecía también por ellos, aquellos niños. Con sus vidas tan ajenas a la mía, pero que sentía casi propias. Con historias totalmente desconocidas para mí, sí, pero que yo antes había experimentado. Quisiera poder ponerles en su corazón aquello que llevo yo ahora, para que comprendiesen muchas cosas, y sintiesen menor ese miedo y peso. Me gustaría poder protegerlos, avisarles, ponerles en antecedentes de lo que puede pasarles si hacen esto o aquello. Pero es imposible, no se puede salvar a nadie. Ellos han de salvarse a sí mismos. Esto aún no he llegado a aprenderlo del todo yo, a ponerlo en práctica, tan solo sé la teoría... pero es un tema del que hablaré en otro momento.


Hoy he fotografiado por última vez a mi clase. Y como veis arriba, así ha quedado tras la última hora de filosofía de mi vida. Esto es un adiós definitivo a algo que siempre será y quedará en mí.

Quizás como alegoría de la superación, como deseo por llegar a más, con la intención de demostrarme que podría con todo, subí la silla a aquella mesa.

(Y aún se me quedan mil cosas en el tintero que decir...)

¡Un besazo a todos!

jueves, 21 de mayo de 2009

Solo pienso en tí - Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán.


Me pongo a pintarte y no lo consigo 
después de estudiarte lentamente termino pensando 
que faltan sobre mi paleta colores intensos 
que reflejen tu rara belleza 

No puedo captar tu sonrisa 
plasmar tu mirada 
porque poco a poco 

Solo pienso en tí 
solo pienso en ti 
solo pienso en ti 
solo pienso en ti. 

Tu sigues viniendo y sigues posando 
con mucha paciencia 
porque siempre mi lienzo está en blanco 

Las horas se pasan volando 
dispongo el trabajo adelantado para tu retrato 

Sospecho que no tienes prisa 
y que te complace ver que poco a poco 

Solo pienso en ti 
Solo pienso en ti 
Solo pienso en ti 
Solo pienso en ti 

Sospecho que no tienes prisa 
y que te complace ver que poco a poco 
solo pienso en ti......


Sin duda, influencia directa de mi padre, gran aficionado a los cantautores.

¡Y seguiremos hasta terminar!

miércoles, 20 de mayo de 2009

Berceuse al espejo dormido.


Duerme.
No temas la mirada
errante.
Duerme.

Ni la mariposa,
ni la palabra,
ni el rayo furtivo
de la cerradura
te herirán.
Duerme.

Como mi corazón,
así tú,
espejo mío.
Jardín donde el amor
me espera.

Duérmete sin cuidado,
pero despierta,
cuando se muera el último
beso de mis labios.


Federico García Lorca

Sigo siguiendo hacia adelante, estudiando sin levantar la cabeza, y aguantando la respiración hasta poder ver el sol de nuevo.

¡Qué ganas de ser libre!
Un besazo a todos.

viernes, 15 de mayo de 2009

El eterno retorno a lo nuevo.


Anoche apenas dormí unas cuatro horas: me acosté a la 1 y media y me levanté a las 6. Es la primera vez en mi vida que estudio hasta tan tarde, y tanto, pues estuve toda la santa tarde liado. También es verdad que es un poco suicida dejarse toda la filosofía de Nietzsche y la de Marx para el último día... pero qué le voy a hacer, soy así. Intento luchar contra ello, pero como mucho, logro hacerme un resumen varios días antes. Es en el momento crítico cuando ya veo los cuernos al toro en el que empiezo a estudiar de verdad.

El examen, bueh, ni fú ni fá, lo hice normal, aunque el profesor se excedió con la dificultad... era mucho contenido lo que había que plasmar, y poco definido teníamos el qué había que poner en cada cuestión. Pero hecho, está, y solo eso es lo importante. En general, me ha gustado mucho Nietzsche, había leído ya algo de él, ya lo comprendo bastante... algún día seguiré indagando y profundizando en su filosofía, que, como le expuse al profesor como crítica personal, es admirable. 

En el recreo, he ido a por mi cámara a casa, y me he lanzado a hacer fotos a los de la clase. Dibujo y matemáticas pasaron como un suspiro, con alguna que otra fotografía furtiva al profesor. Dibujo técnico cada vez me gusta más, lo comprendo perfectamente... estoy empezando a apreciarlo de verdad, a descubrir la magia que, aunque no lo parezca, guarda. Ahora sí, en Arquitectura el año que viene, me voy a matar a dibujar rectitas como el que más...

A última hora nuestra "querida" "profesora" de "inglés" (no la soporto, no es una profesora, sino la cerdita Peggie -clavadita- y hace como que habla inglés) nos ha traído a su cuñado, para que nos dé una charla. Podéis cuestionaros que qué tiene ese hombre de especial como para que atengamos espectantes a sus palabras... pues bien, se trata ni más ni menos que de Jaime Ordóñez... ¿Que quién es Jaime Ordóñez?... Pues aquel señorito calvo que recitaba textos kilométricos y con terminología incomprensible en "Aquí no hay quien viva"... para el extranjero, o el que no sepa quién es, aquí tenéis un videíto:





Pero el hombre lo que ha hecho no ha sido hablar rápido... no. Ha hablado sobre su vida como actor, y lo que ha aprendido de ella, queriendo que nosotros lo apliquemos a la nuestra. Ha estado bastante interesante, la verdad, tocando muchos temas de los que quiero hablar próximamente.

Me queda nada más que una semana de clase. Me parece increíble. Segundo de Bachillerato se va. Se esfuman seis años de secundaria. Toda una etapa de mi vida va acabar en tan solo una semana. ¿Estaré preparado para ello, para el cambio?

Supongo que sí, pues el hombre siempre está experimentando, a cada momento, un instante repetido, pero aun así, totalmente nuevo.

¡Un besazo a todos!

jueves, 7 de mayo de 2009

La historia de nunca acabar... ¡acabó!


Sí, al fin. Hoy, a la 1 y pocos minutos, mi mano crispada debaja a un lado el bolígrafo que veloz había escrito las últimas ininteligibles palabras. Firmaba rápidamente en la parte superior del folio y se lo entregaba al profesor que estaba por salir del aula.

Entonces, aún con las piernas temblando (cuando estoy muy muy nervioso, un temblor me sacude las piernas, no lo puedo entender, pero es así... preguntadle a eGeo, el las sintió), me dirigí a mi asiento, cogí el bolígrafo, lo metí en el estuche... y respiré tranquilo.

Hoy he hecho un examen de Historia sobre Franco y su régimen. El último examen de historia... ¡¡De mi vida!!. Qué alegría me dio... ahora veo que poco a poco las cosas van pasando, que todo llega, y que siempre experimentaremos aquello que antaño ansiábamos desesperados. Que vamos avanzando poco a poco, y que todo lo conseguiremos... El presente llega a ser pasado, y deja su lugar al futuro, es algo muy importante que jamás hemos de olvidar.

Al margen del día de hoy, contar un poco sobre mi cumpleaños. Fue, como todos mis cumpleaños, triste. Triste porque quizás lo hice yo así, triste porque fue muy aburrido, triste porque recordé todas las mil cosas del cumpleaños anterior. Odio comparar, pero es inevitable. Todos comparan, con la única pretensión de ver que lo que tienen es mejor que lo que tienen otros, o que lo que tenían antes, cuyo único sentido es el regocijo y la satisfacción propia. Fue un cumpleaños aburrido porque hice algo que hace tiempo que no hacía, paradójicamente: fui a visitar a mis familiares a Sevilla, a comer con mi abuelo y mis tíos de pueblo. Me encanta verlos, claro que sí... pero no en el día de mi cumpleaños, en el que lo único que quería era estar con mis amigos. Por supuesto, no me regalaron nada, un "felicidades" y otro "¿para cuándo esa novia?".

Estaba triste, no podía negarlo, y se notaba. Al volver al atardecer, me fui a duchar, tratando infructuosamente que con el agua corriesen también todos los recuerdos y malos rollos que me habían acompañado. Cuando salí, una pequeña alegría: dos cajitas envueltas papel de regalo sobre mi cama. Se trataba de un SingStar de la PS2 y de la nueva Nintendo DSi. No estaba nada mal, contando con que no había pedido nada... pero no me sorprendió, sabía que me regalarían eso. Y precisamente, para mí, lo más importante de un regalo es el factor sorpresa... pero bueno, se agradeció. La verdad es que la DSi no está del nada mal, tiene muchas cositas, como la cámara y la edición de las imágenes, o la grabación de sonidos, y por supuesto su gran pantalla.

Pero lo mejor del día fue al salir por la noche un poquito. Estuve con Lírika y con Martin. Pasaron ciertas cosas, pero tan solo es merecedor de mencionar lo emotivo que fue todo. De empezar un día horrible, acabó siendo uno de los más felices de mi vida. Fue mi peor cumpleaños, pero también la vez que cumplí años siendo más dichoso. Ahora soy feliz, porque sé que tengo amigos. Y tan solo me faltaba eso.

Por el momento, solo es necesario esperar.


¡¡Y seguir estudiando!!


¡¡Muchos besos a todos!!