jueves, 11 de diciembre de 2008

Des-"Kitty"-ado


Lo confieso.

Sí, hoy estoy mejor, tranquilos :P Muchas gracias por vuestros comentarios, en cuanto pueda os responderé. Es una alegría ver que la gente responde a tus súplicas, aunque ayuden lo justito. Gracias una vez más. Ahora contaré lo que ha pasado estos últimos días.


Como "digo" en el título, Kitty me desquicia.

No he podido contar lo último sobre el tema de Kitty. Éste lunes, ese día tan malo en el que intenté plasmar lo que pasaba por mi mente, otro factor más me hundió en la miseria. Kitty. Esa mañana llegué y nada más entrar la vi muy contenta hablando con la gente. Transcurrían las horas, y me daba cuenta de que estaba muy cerca de su ex novio. Demasiado, rozando lo "ilegal". Hasta que ya, con su carita inocente, Lola me contó que habían vuelto. Lo primero que sentí fue rabia. Rabia, entre otras cosas. Rabia porque había vuelto con el novio, no había sido fuerte, él con sólo pronunciar unas palabras había conseguido que se postrase a sus pies de nuevo. Me sentía también decepcionado, mucho, porque ella no me había dicho nada. Me había evitado ese día, y yo había acabado enterándome por terceras personas. Me dolió eso, pues yo siempre había estado para hablar con ella, la semana pasada desaproveché horas en intentar animarla, para que luego sucumbiese de nuevo a la tentación y ni me dijese lo que había pasado. El viernes, antes de entrar en el teatro, me volvió a llamar llorando de pena, que tan mal estaba que empezaba a detestar a Andrés. Y yo pasando un fin de semana algo preocupado por ella, me entero el último de que han vuelto. Me sentí muy decepcionado, me dolió. Demostró una vez más que yo sólo estoy para cuando a la gente le interesa.

Dice que no me lo dijo porque no quería que yo le regañase... en fin, yo no le habría regañado, tan sólo le habría dicho lo que pienso. Andrés la vuelve a utilizar. A una palabra suya, rompieron, y si a él le sale de los cojones, pues vuelven a estar juntos. Me cabrea mucho. Juega con ella, y no se lo merece. En el fondo le quiero mucho.

Y como le quiero tanto, me alegro que esté bien, pues se le nota. Pero no puedo evitar otras cosas. Vuelve la envidia. Más fuerte que nunca.

Cuando me fui a su casa, lo primero que hizo fue decirme que tenía un regalo preparado para su novio. Para mi que lo hizo a posta, pero bueh. El regalo en cuestión consistía en un día y una noche en un hotel de 4 estrellas con SPA, cerca de por aquí. La ostia el regalo... buenísimo. Lo pasarán de puta madre, no digo que no. Pero ella no piensa. No piensa en mi. Hace una semana ella me decía que me entendía, que se había puesto en mi lugar y que podía ver lo que había sufrido yo al ver a las otras parejas... y una mierda como un castillo. Si de verdad me comprendía... ¿por qué diablos me enseña las piscinas de masajes donde va a ir feliz y contenta con su novio?. Claro, es lógico, está alegre porque vuelve a estar todo bien... ¿pero es que nadie en este puto mundo es capaz de pensar en los demás?. Nunca le haría eso a ella, ni a nadie, nunca daría esa envidia, porque le haría daño, y yo no lo quiero. Veo que les da igual a los demás. Qué sabrá ella lo que es el sufrimiento, la espera, la impaciencia, la frustración.

Me jodió mucho, no puedo evitarlo. Me entristeció mucho más, pasé unos días horribles. Pensando y pensando, por qué diablos yo no tenía esa suerte. Que ni es suerte ya, es lo normal en todo el mundo. Estar con su pareja, y si todo va bien y se dan las circunstancias, escaparse a un hotelito, como hacen Lola y Julián. Pero yo no. Me está denegado. Aguantar meses y meses para buscar un futuro incierto. Me da un poco de miedo, es verdad, como si me asomase al vacío desde un balcón demasiado dañado ya como para sostener mucho peso. Menos mal que eGeo ya me ha dado esas alas, y podré salir volando del derrumbe de mi vida, que Dios quiera que nunca ocurra.

Poco más que decir. He tenido unos días muy muy malos. Sin hablar con nadie, hasta mi padre se ha dado cuenta. Hoy he llegado mudo a mi casa, con cara sombría y ojos apagados. Me preguntó que si había algún problema. Le dije que el que hay no tiene solución, a lo que respondió que no hay nada que no arregle la paciencia. ¡10 puntos se anota el caballero! Acertó de pleno. Me gustó, esa complicidad, pues sabe lo que me pasa, y yo sé que él me entiende. La otra noche, hablando del futuro, me dijo que pensaba que nosotros nos llevaríamos muy bien. Que mantendríamos el contacto a pesar de la distancia. Le aseguré que sí, pues así veo yo el futuro, o quiero verlo. Aún es muy incierto, nadie sabe cómo se pintará. Por ahora, vamos planeando los colores más claros y luminosos. Espero que a eGeo se le dé bien el rulo de pintar, pues yo necesito inundar mi vida de colores rápidamente. La tarde de hoy ha sido perfecta, gracias a él. Hemos hecho nuestra primera videollamada, hablando por teléfono y viéndonos a pantalla completa por cámara. Maravilloso, es lo más cerca que estaré de él en mucho tiempo. Sólo hay que esperar, conformarse con lo que uno tiene. Suspender las emociones por un tiempo, hasta que estallen de nuevo como hicieron las mías en el lejano y añorado Logroño.


Un besazo a todos!