viernes, 26 de septiembre de 2008

7 días, y los siguientes

Así es. Hoy es viernes. Apenas quedan 7 días, menos de 168 horas, para poder llegar a mi destino. Tras las muchas horas en el tren y la parada obligatoria en Madrid para visitar a Milú, el viernes que viene, 3 de Octubre, ese día tan esperado por mi, desembarcaré en la estación de trenes de Logroño, me iré en taxi hasta el hotel que ya tenemos reservado, y, ya de noche, bajaré a la recepción para encontrarme con la persona a la que más quiero en este momento, y que siento que nunca he querido igual a nadie.

Veré a eGeo. Y más que lo veré, lo miraré de cerca, lo examinaré. Estaré nervioso yo, él no tanto pues está acostumbrado... pero la vergüenza se me irá enseguida. Le abrazaré, y seré de los pocos afortunados que tendrán a eGeo tan cerca. Pero será más que eso, pues lo tocaré, acariciaré, recorreré con mis dedos sus cabellos, su cara y su cuerpo... y le besaré. Me besará. Al fin, nunca creí ver ese verbo conjugado en mi persona. Pero así se hará. Ya está todo organizado, por una vez, la primera vez en mi vida, hablo sobre seguro. Eso es lo que pasará esa noche. Nuestros labios se rozarán, primero yo tímidamente, pues me tiene que enseñar a hacerlo bien. Quiero aprender, quiero hacer que él también sienta mucho a través de mis besos. Eso pasará esa noche.

Dentro de 8 días, es decir, al día siguiente, el sábado, me levantaré temprano, y quedaré con eGeo en algún lugar antes establecido. Me enseñará la ciudad, le abrazaré y besaré mucho más en mitad de la calle, sin miedo a que nos vean, porque me da exactamente igual, me importa un pimiento lo que pueda pensar la gente... es hora de vivir MI MOMENTO... más bien, es hora de VIVIR. Voy a tener lo que siempre quise y que Adán me denegó, convirtiéndose casi en mi obsesión, esa falta irreparable de cariño. Me enseñó los pasteles, me abrió un poco el cristal antiestornudos, pero me impidió probarlos lo más mínimo, y de ello surgió esa frustación, esas ganas de hacer lo que no pude, se convirtieron en mi martirio. Pero ya llegó a mi fin. Nadie me puede negar que he sufrido lo mío... y si no, solo hace falta remontarse atrás, a mis primeros posts, a abril y mayo, y veréis cómo lo he pasado. Sobre ésto, tengo muchas cosas por decir, pero aún no lo voy a hacer. Lo haré el sábado, cuando pare en el primer pueblo para descansar de la excitante jornada, donde seguramente habrá internet.

Pasaré con eGeo toda la mañana, me mostrará su Logroño y podré hablar personalmente con el protagonista de tantas historias que transcurrieron allí. Una de las cosas más importantes, y que hacen que en ocasiones no me crea lo que está pasando, es que ahora YO soy uno de esos co-protagonistas de su vida, y de su blog. No se me subirá a la cabeza, tranquilos, sigo y seguiré igual que siempre, el Gato nunca cambiará. Sigo pasando mis malos momentos, aunque todos están, eso sí, iluminados por la clara esperanza que me proporciona él y su imagen. Parece esto una secta y él un falso Dios, pero no es así... sólo es un chico, perfecto para mi, que he encontrado casi de casualidad. Y juro y perjuro mil veces que ha sido sin buscarlo. Cuando entré en el mundo de los blogs, yo no pensé ni por asomo que él y yo tuviéramos este tipo de relación, ni siquiera se me pasaba por la cabeza cuando empezé a telefonearme con él. Nunca tuve otras intenciones que ser su amigo... pero me di cuenta de que la cosa estaba cambiando. Nos prometimos los dos que no nos pasaríamos, que no llegaríamos a sentir nada más, fue nuestra regla de oro. Pero los sentimientos no se pueden controlar....

¿Lo mejor de todo? Que seguimos siendo amigos. Podremos ser algo más cuando nos veamos... pero sólo cuando esté a su lado. Después ya se verá. Si no funciona la cosa, no pasa nada, porque seguiré queriéndole por la buena persona que es, la amistad siempre perdurará. Tendrá que pasar algo muy gordo para que dejemos de ser amigos... y yo creo que eso no pasará, viendo cómo están las cosas. Pero si va todo bien... ojalá sea así... pues tampoco sé lo que pasará, pero... ¿os confieso una cosa?. Daría lo que fuera por estar por siempre al lado de él, pues le quiero mucho, sé que es una buena persona para mi, que me hará mucho bien... lo que no entiendo es que no sé qué bien le puedo dar yo, pero bueno, mientras se da cuenta o no de que no sirvo para tanto, me aprovecharé :P.

Pero todo tiene un lado malo. Lo peor de todo, que después de pasar a su vera toda una fantástica mañana (donde os tengo prometido que pasará mucho... y que, si me animo y tengo tiempo, lo contaré con todo detalle aquí), sentirme la persona más feliz del mundo y tener NOVIO físico por, al menos, unas horas... el tiempo pasará. Y llegarán las 2 de la tarde, la hora del infortunio, la hora prevista para salir con mi padre a hacer el camino de Santiago, destino al albergue del próximo pueblito. Me separaré de él, me costará horrores separarme de sus brazos... y volveré a sufrir. Dejaré una persona que será amada en su lugar, y yo seguiré mi camino. Contando los días para volverlo a ver. Me enseñarán los pasteles otra vez, pero en ésta ocasión si podré tocarlos, olerlos y saborearlos, un delicioso pastelito que me llevaré a la boca incansablemente... pero sólo durante un brevísimo período de tiempo. En ese período, probaré todo lo que pueda, tragaré sin descanso para recompensar el hambre que he pasado antes. 

Terminaré de hacer el camino de Santiago, probablemente le diré, más bien le confirmaré a mi padre que eGeo será,o fue, mi pareja sentimental, mi NOVIO con todas las letras. Volveré al instituto, y hablaré con él todas las noches. Pero las mañanas serán eternas, aburridas, tachando hojas del calendario, esperando a cualquier día en que se presente por la estación de trenes de Fuengirola. Seguiré pasándolo mal. Mal, porque veré a todos mis compañeros con sus amados en clase, y yo, idiota de mi, tuve que hacerlo de uno a más de 800 km de mi. Quizás mantengamos el noviazgo después de nuestro encuentro, desconozco por cuánto tiempo... así que tendré oficialmente novio, pero sin tenerlo. Odio esa situación, esa situación que sufriré mucho en su momento... pero que ya sufro, sin saber por qué, sólo sabiendo que lo que paso es demasiado. Espero ser fuerte, y no venirme abajo. Por ti lo haré, eGeo, como andaré más de 100 kilómetros en el camino de Santiago, porque TE QUIERO.


Después de ésta perorata que no va dirigida a nadie en particular ni en general, me despido otra vez. Finalmente, me he atrevido a quedar con Lara, con Chris y con los demás gays, después lo haré con Sally y Sarita, a las que echo mucho de menos. Es muy extraño, tengo la necesidad de verlas, como sabiendo que así me sentiré mejor, que abandonaré mi sentimiento de soledad y estaré a gusto con mis verdaderas amigas. Más tarde, a las 9, me iré de nuevo a mi otra casa. Espero pasar un agradable fin de semana, aunque aburrido seguro que será. Menos mal que tendré a un interesante interlocutor al otro lado del teléfono, que aliviará mi pasividad.


Un besazo a todos!! ^^