miércoles, 3 de septiembre de 2008

Bienvenidos al Camping Internacional La Marina - Parte 3: Personalidades masculinas


El tema que todos esperábais, pero que os decepcionará, como a mi.

En mi vida, durante al menos dos semanas al año, me rodeo exlusivamente de un selecto grupo de chicos, ya que con las chicas apenas tengo relación en el camping. No ataco, pero si disfruto con las vistas. Porque este año, los chicos del camping, estaban que se salían... había de todo, como en botica... alemanes, franceses, y por supuesto españoles... pero de los que más destacaban eran los segundos.

Durante la primera semana, era "conocido", porque siempre andaban dando jaleo y participando en todas las actividades nocturnas, un grupito de franceses de mi edad, más o menos, que a duras penas hablaban nuestro idioma. Preciosos garçons de erres resbaladizas, cuerpos esbeltos, bajitos pero bien formados, abdominales y pectorales (mi perdición) marcados, pelo rubio, y ojos verdes o azules. En la piscina triunfaban... era una maravilla verlos tostando sus torsos al sol, balbuceando palabras castellanas con su curioso acento. Y luego en la discoteca... un espectáculo verlos. Ya os contaré por qué...


Pero ahora me detendré a hablar de las dos personas más importantes, con los que pasaba mayor tiempo y de los que más gratos recuerdos guardo. Roberto y Abel.


Roberto... un chico muy singular que conocí en el 2006, la segunda vez que fui de camping, y rápidamente se unió al pequeño grupo que siempre formábamos Miriam, mi hermana y yo, y desde entonces siempre estamos juntos. Nos llama en las fechas clave y en cualquier momento, y hablamos un rato... tiene una voz madrileña, del norte... castellano puro... y por eso, además de por su timbre... me recuerda muchísimo a la voz de eGeo. Tiene dos años menos, pero puedo hablar con él de cualquier cosa. Hetero, por supuesto... pero conmigo, tuvo ciertas cosas, un cariño especial, que me parece dudoso. O, también puede ser, que es el único chico con el que trato así, con mucha confianza. De repente me abrazaba en la piscina (normalmente para luego ahogarme), o ponía sus brazos encima de los míos... había mucho contacto, muchísimo, y me sorprendió. Roberto es inteligente... sabe de música, de arte, lee mucho, tiene bastante cultura, por lo que charlando con él lo pasaba de maravilla. Alto, castaño claro, algo delgado, con acento madrileño... no es muy guapo, pero tiene algo... una personalidad que atrapa. Siempre consigue rodearse de muy buenas e interesantes personas... con las chicas habla sin pudor, y con los chicos coleguea inmediatamente sin problemas. Éso es una cosa que admiro de él... su capacidad para hablar sin cortarse ni un pelo... quizás sea porque es hijo único, y no ha tenido más remedio que aprender a ser abierto para sobrevivir sin soledad.

Pero, como buen hetero que es, siempre está mirando a las chicas, diciéndome que qué tetas tiene aquella, o que qué culo más bonito se trae la otra. Y yo, nunca sé a qué se refiere... porque es como si de esas cosas ya no entendiese. La más fea para mi, podría ser su diosa... en cambio, yo me "fijaba" en las más interesantes para mi, sólo eran verdaderos callos a su juicio. Varias chicas (bueh, un puñado... unas seis o siete!) se interesaron en nosotros los primeros días... una de ellas, un verdadero monstruo (tanto físicamente, como por su personalidad) se encaprichó con él, y le pidió lío. Él salía despavorido del medio cuando hacía acto de presencia, así que le tocó a mi hermana hacer de intermediaria... y tener que transmitir los mensajes que uno a otro se mandaban. Una, en plan acosadora e intimidando, y el otro, asustado y maldiciendo su suerte, ya que no se le acercaba ninguna, solo las feas. El pobre... alguien que se fija en él, y es un ogro... Cuando le dije a mi padre que no merecía la pena ni preocuparse por lo que pensase esa chica, al hablar yo tan mal de ella, me dijo que le sorprendía que yo dijese eso, ya que yo no era antes tan prejuicioso con la gente. Pero más tarde, tuvo que pedirme perdón... pues él la vio y la escuchó "hablar", así que me tuvo que dar la razón, pues yo había acertado plenamente. Hubo otras chicas... dos francesas, los últimos días, que no paraban de mirarnos. Según él, me miraban el culo... no lo creo, yo tengo muy poco culo... y había chicos mejores dotados que mirar... Tuve que aparentar un poco, la verdad... aunque al final, los últimos días, parece que captó las indirectas. Me insinuó varias cosas, mariconeó conmigo... pero yo me mantenía en mi posición de hetero reservado y tímido.

Una cosita digna de contar aparte es cierto suceso ocurrido el primer día que fui a la playa, con Roberto y con toda mi familia. Está cerca, hay que ir andando por un delicioso kilómetro de camino a través del bosque de pinos, y enseguida escucharás el ruido de las olas, del viento, y las grandes dunas de fina y clara arena formadas por la acción de éste. Estuvimos jugando a las palas, bañándonos... y decidimos ir a dar un paseo. Recordábamos que caminando hacia la derecha, dos años atrás había una playa nudista en el que se lo pasó muy bien echando un ojo a las vistas... así que decidimos ir hacia allá. Vestidos, por supuesto! Pues la cosa graciosa es que nos acercábamos... vimos el cartel... y si, la playa nudista seguía ahí. Y no imagináis cuál fue su cara de estupefacción cuando, buscando con ansias tías buenas enseñándolo todo, se dio cuenta de que no había nada más que.... gays!! Así es, la playa seguía nudista... pero ahora, solo y exclusivamente había parejas gays!! Pobrecito, se desilusionó... pero yo en cambio... bueno, ya imagináis...!!! Lo pasé de maravilla... viendo bonitos cuerpos... pero más viendo las parejas, porque si, la mayoría venían acompañados... imaginaba mi futuro visitando en verano aquellas preciosas playas... tomando el sol junto a mi novio... ay, suspiros de melancolían escapan de lo más profundo de mi pecho, al igual que lo hicieron en aquel momento. Pero bueno, me sentía en el paraíso!! Con sólo decir que me tuve que bañar en el agua fría varias veces... me parece que ya lo he dicho todo. Pobre Roberto... eso no se lo esperaba... pero no lo pasó mal, estuvimos hablando largo y tendido durante el recorrido sobre temas muy interesantes, aunque a veces se me iban los ojos y disimuladamente giraba la cabeza. Gracias a Diós que llevaba gafas de sol...




Abel... él sí que es extraño, curioso y singular... alguien del que nunca me imaginé amigo... pero como ya me ha demostrado la vida en muchas ocasiones, las apariencias engañan. Lo conocí el año pasado de una manera curiosa, con Miriam, mi hermana, y otro chico algo indeseable que se unió a nosotros durante nuestra estancia. Digo curiosa, porque él no está en el camping, nisiquiera se ha bañado en las piscinas... sino que, al vivir al lado, pues se sube todas las noches desde hace 6 años para ver los espectáculos y conocer gente. Así, claro está, se sabe las instalaciones del camping de memoria, conoce a todos los animadores y coleguea con ellos... y no hay coreografía alguna en la que no esté bailando en el escenario cada noche.

Al principio, como siempre, tienes tu recelo nada más verlo... es de mediana altura, de 20 años recién cumplidos, delgado, viste con ropas oscuras (mucho más el año pasado, ya va normalito), con unas pesadísimas botas militares y anchos pantalones... y tiene unos rasgos faciales un tanto grotescos: pelo corto (antes más largo) con un extenso mechón de pelo muy fino, ojos saltones, perillita y borde de barba en la mandíbula, boca algo descuidada con dientes amarillentos, siempre sudoroso... cualquiera diría que es enfermero!!. Pero por su personalidad, eso sí, todo una joya. No os contaré de ella, sólo os diré lo que pasó... y ya lo veréis vosotros. Para empezar, el dia que nos reencontramos, estuvo toda la noche (pues claro, solo lo vimos por las noches, desde las 11 hasta que el cuerpo aguantase) haciéndonos trucos de magia, con inusitada habilidad movió sus manos sobre las cartas y los dados y dejó a muchos fascinados. Menos a mi... que le pillé tres o cuatro trucos, bastante fáciles... pero que claro, los otros no, no veían la lógica que guardaban tras sus manos, y que tanta expectación que Abel creaba pidiendo concentración no era más que un entretenimiento y distracción, cuando solo tenía que hacer una simple operación. Luego, más tarde, se subía a la discoteca con nosotros, y bailaba sin parar, hasta que decidíamos irnos. Cierta noche, cuando ya con los otros chicos habíamos formado un grupo más consolidado, Abel nos enseñó un juego de cartas muy divertido... cuyo fin era básicamente beber. Según la carta que te salía, tenías que hacer pruebas, o beber determinado tiempo... aunque claro, al ser todos menores, y ante la imposibilidad de conseguir alcohol tan fácilmente, solo jugábamos con coca-cola, zumos, fanta, acuarius, y demás refrescos... pero es un buen juego, que algún día pondré en práctica (y terminaré ciego, que es en lo que consiste, hasta gastar las 40 cartas).

También otra noche estuvo cantándonos en japonés... si, os lo explico más detenidamente. Es un poco muy friki... pero de los frikis que me gustan, porque en parte yo lo soy también. Ve Héroes, Perdidos, manga (Death Note, Sakura, la Princesa Mononoke, etc...), y muchas otras series... y les gusta su música. De español, le encanta Marea, Mago de Oz y otros... pero en otros idiomas, le fascina el jpop, el pop nipón. Las bandas sonoras de sus series... a base de escucharlas... pues ha acabado aprendiendo japonés. No perfectamente... pero si puede escribirte algo, o traducirte las letras de otras canciones... decirte frases, y construirte otras... y eso tiene que ser difícil, si sólo has aprendido escuchando y leyendo traducciónes! Así que así estuvo una noche, tarareando palabras extrañas con su desafinada voz. Pero éste chico, lo que pasa, es que no tiene ni una pizca de vergüenza... y es que cierto día, se subió al escenario a cantar cierta canción de David Civera cuyo nombre no quiero recordar, con un tono espantoso, complaciendo al público (que intentaba comer) con unos alardidos estridentes en los que era difícil adivinar la letra. Aquello sí que parecía verdadero japonés....

Pero aún así, Abel es una persona muy responsable y seria, aunque te descojones a su lado. Cuenta chistes, tiene colgantes curiosos, y una mochilita que él se hizo muy graciosa de donde saca los más dispares objetos. Tiene una gran cantidad de mecheros en los bolsillos, al igual que el año pasado, pero él ni fuma ni nada, sólo los colecciona. También, un enorme dedo de metal con forma de dragón bastante afilado, y peligroso... pero dice que a nadie ha atacado, aunque ha estado tentado a hacerlo. Especialmente una de las últimas noches... fue a comprar una bebida a cierta máquina expendedora, y le tragó una moneda, al igual que me había pasado a mi antes. Él se quejó, y fue a uno de los guardias conocido suyo a pedirle que la abriese y le devolviese el euro. Éste dijo que no, que lo recogiese a la mañana siguiente temprano, pero Abel no podía... así que se enzarzaron en una discusión pacífica (y no tanto), en los que quedaron en empate. Abel decidiendo vengarse, y el guarda, acordándose de la madre del primero.


Y luego los otros chicos.... la primera semana, fueron los franceses, pero con ellos ni hablamos. La segunda... estuvo ocupada por unos vascos muy muy guapos, super cachas y de mi edad, uno alto y más delgado, y otro más bajito y algo más rellenito. Pero no... al verlos en la piscina al día siguiente, el bajo no era rellenito... tenía una espalda y unos hombros increíbles, unos brazos enormes y una perfecta tabla de lavar por vientre. Eran muy divertidos, y bailaban muy bien... pero de los bailes, ya hablaré en su momento, pues si no éste post sería demasiado largo, y la mayoría habrá dejado de leer por la mitad dormidos de aburrimiento. Decídmelo, si os parece demasiado soporífero, para recomendárselo a mi madre, pues tiene problemas para dormir...

Hubo un vasco más super simpático... y varios valencianos muy graciosos, todos más pequeños que yo. En especial un chico maravilloso, de casi 12, super tierno, y muy muy guapo. De él tengo que hablar más detenidamente la próxima vez... En general, la mayoría eran de los alrededores, y acudían con su familia a pasar el fin de semana, o el verano entero. Chicos jóvenes, de 14 y 15 años, la inmensa mayoría guapos, y con un cuerpo envidiable. Pero... lamentablemente ninguno tenía pinta de gay, ni remotamente. El único de ellos, un chico rubio con acento argentino pero de Alicante, cuando vi que se acercaba a mi para enseñarme una cosa en el móvil... me decepcionó, al ver que sólo eran fotos de Lucía Lapiedra comiéndosela a un negro. Y no creo que me la enseñe por el negro.

Y ya está. Este año estuve más rodeado de chicos que el anterior... y en éste, yo miraba otras cosas, que quizás no me interesaban con suficiente fuerza en el otro. Aunque eso sí... el mejor chico con el que estuve hablando en el camping, fue indudablemente... eGeo, como no, con el que charlaba casi todas las tardes!

Un besazo a todos, y uno más grande para eGeo!





PD: Foto de Abel bailando en la disco, más solo que la una!

Cotidianeidad


Estamos en Septiembre. Es hora de poner los pies en la tierra, terminaron las vacaciones, y es momento de empezar lo de siempre. La semana que viene empezaré en el gimnasio con Lea, quien quiere apuntarse, y a la siguiente, continuaré con los estudios. Un nuevo año... 2º de Bachiller, según me dice mi queridísimo y solidario Rey del Recorte, un año en que lo pasaré canutas! Pero pasará, pasará... y vendrán las nuevas experiencias, la libertad, y la seguridad, mi vida propia... la independencia.

Hoy no estoy muy alegre. Porque se acaba el verano inevitablemente, y vuelven las tardes de estudio, las peleas con mis padres por estar demasiado tiempo en el ordenador, levantarse muy temprano y asistir a clase quitándose las legañas, ir a clases de inglés por las noches y querer hacer más cosas que no me serán permitidas, por falta de tiempo, en la mayoría de ocasiones. Lo peor será que desearé estar en éste preciso momento en el que escribo, de vacaciones, sin nada que hacer. Odiaré la rutina, y ansiaré cada fin de semana que pase. Sólo sobreviviré esperando ilusionado a los dos días de asueto semanales, y en ellos miraré a los próximos, planeando proyectos irrealizables e imaginando que lo pasaré mejor. Pero todo será lo mismo. Aquí sentado, aburrido, escribiendo sin parar, conociendo a través de la red muchas cosas... pero mi vida exterior se estancará. Me tragaré series por las noches, y no otra cosa. Eso será lo que peor lleve del curso. Otro año igual que se repetirá, la misma copia de 1º de Bachiller, y de 4º de ESO, y de 3º... Lo que no sé es si Adán volverá a joderme la vida, o si se estará jodiendo a otro ya.

Quizás me veáis un poco catastrofista o con mala leche... pero tiene una razón. Anoche no podía dormir, fui a la cocina, y me comí media tableta de chocolate negro. Quizás no sabéis por qué digo ésto, ni por qué lo hice... pero me parece que el Rey del Recorte si lo adivinará. No pienso decir nada más al respecto. Por cierto, Rey, un saludo enorme de mi parte, me ha encantado la canción. La inserto aquí, como para cambiar de tema disimuladamente.




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Ya tengo los libros de texto del curso en mi poder... aunque mejor dicho, ya me tienen ellos en el suyo. El libro de Física me da miedo, el de Historia de la Filosofía me amenaza con machacarme bajo su peso, y el de Historia de España me mira con cara rara. Lengua y Literatura, el que se convertirá en mi mejor amigo, está sentado a mi lado, permitiéndome que lo ojee un rato y me regocije de todas las cosas que voy a aprender a lo largo de éste curso. Pero el miedo no hay quien me lo quite... en este año académico tendré que trabajar duro, demasiado duro. Espero ser capaz, estar a la altura de las expectativas, las de mi padre, y las mías. Ayer charlé con mi madre... bueno, discutió mi madre conmigo (yo no abrí la boca) sobre el futuro, la familia, mi posición, y yo, y dijo que si lo que yo quería era que nos dejasen en paz y que yo tomase las riendas de mi vida según mis decisiones, sin consejo alguno, pues no tenía más que pedirlo. No pienso hacerlo, yo no me quejo de cómo estoy. Me dicen siempre que me acueste temprano, que me levante más rápido, que apague el ordenador de una maldita vez, que me ponga a estudiar... me pone de mal humor, si, pero todo es soportable. No quiero renegar de ellos... no soy, ni son, tan malos.

Volveré a ver a los de siempre... en parte tengo ganas, porque a penas sé nada de ellos. Con Kitty charlé la otra noche, y Lea se acordó hoy de mi y me llamó. La primera, era porque estaba de bajón, y necesitaba una buena dosis de Gatito para soportar el final del día. La segunda, quería saber cuándo empezaba el gimnasio, para apuntarse conmigo. Empezaré la semana que viene... aunque llevo un mes postergándolo, y nunca lo hago. Eso hace que sienta rabia, contra mí mismo... me he auto-decepcionado, una vez más. Hoy me encontré con Alba, y me dijo que el examen de informática le salió fatal. No me sorprende, esa chica tiene menos luces que el barco de playmobil (esta frase la escuché hace años en el camping, y se me quedó grabada...). Lea no me ha querido decir cómo le ha ido en el examen... y eso es mala señal... espero que bien, porque no quiero que se vuelva a venir abajo. Porque seré yo quien le levante... pero no por que me moleste, yo encantado... sino porque estoy cansado. Muy cansado, no puedo más. Me cuesta levantarme a mi una barbaridad... menos podría con Lea, que encima pesa algo más. Necesito que pase el tiempo...

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Ayer Sarita me invitó a ir a la playa con Sally y la pareja, y allá que fui, pero totalmente mentido. Me dijeron que iríamos cerca... pues salimos hasta del término municipal de Fuengirola, en las playas de Mijas Costa. Un lugar donde se da la pesca, muy rocoso... idóneo para lo que el chico culto de la inglesita venía preparado. Íbamos a bucear. Me sentí como pez en el agua (lógicamente), pues es la primera vez que lo hacía... con mi snórkel, mis gafas y mis aletas (todo prestado), descubrí el mundo submarino. Rocas plagadas de hierbas finas, con multitud de recovecos donde peces ingenuos asomaban la cabeza, hierros antiguos y oxidados esperan pacientemente disgregarse con el paso de los años y siglos, caracolas y enormes conchas jamás antes recogidas, o quizás si, provenientes de remotos lugares desde los que sufrieron una larga y siempre interesante epopeya submarina. Y cuando miraba al frente, impulsándome rápidamente con las membranas de plástico de mis pies, la infinitud del mar Mediterráneo se abría interrumpida por los pececitos pequeños y de colores pardos que nadaban tranquilamente a ras del aire, quizás conscientes o no de que su libertad, la salida al exterior, significa su exterminio. Es maravilloso mirar al sol desde las profundidades, ver cómo ilumina el lecho marino, y cómo la superficie del agua brilla en infinitos y fugaces resplandores. Me resultó muy grata la experiencia... y también demoledora, ya que terminé reventado. Espero volver a repetirlo pronto... lo paso muy bien con ellos, aunque ese día, estaba más callado de lo normal. Ésta noche iré con ellos al cine, veré Hellboy 2, y lo pasaré bien, me lo he propuesto. Mañana, visitaremos la Feria de la Cerveza (aunque sin beber!) que han puesto en el castillo, y el sábado, quieren salir a dar una vuelta. Secretamente espero ver al rubito...

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Perdonad por el post de hoy. Sigo comiendo chocolate negro. No es mi día, la verdad... y no encuentro ninguna causa exacta, así que no os preocupéis. Pasará, todo pasará, y volverá a la normalidad. Todo lo mudará la edad ligera / por no hacer mudanza en su costumbre. Me gusta Garcilaso.


Un besazo a todos!!