lunes, 12 de julio de 2010

Los estudios que nunca acaban.
Las líneas torcidas en 2B.
Las manchas de polvo de mina.
El sudor que arruga el papel.
El calor de esta ciudad infernal.
La mierda de verano que voy a pasar estudiando.
Pitingo.
La sensación de que el tiempo pasa demasiado rápido.
Los recuerdos.
Lo que hubo en Fuengirola y ya no hay.
La separación de mis padres.
La soledad de un piso siempre sucio.
Las legañas.
Los malditos bocinazos.
La intolerancia que crea el fútbol.
Todo lo malo que crea el fútbol.
El dinero derrochado por el fútbol.

Mi incapacidad para organizarme.
Mi actitudes nada aconsejables.
Mi increíble don para perder el tiempo.
Mi incompetencia.
Mi irresponsabilidad.
Mi reflejo desgastado.
Yo.

El pan Bimbo endurecido.
El helado de vainilla ya acabado.
El hambre que siento ahora mismo.
El hambre de ti y de tus ojos.
Tú.

Y los labios de él.
Y las palabras de aquel otro.
Y los planes que nunca salen.
Y las frustraciones.
Y el trabajo mal hecho.
Y poder reconocer mis faltas,
y no hacer nada por subsanarlas.


Y que se me funda la bombilla del baño.



Todas estas son las cosas que en este preciso instante amargan mi existencia.