sábado, 21 de febrero de 2009

Mi primer año de vida


Así es, señores y señoras, el Gato acaba de cumplir un año en su vida cibernética. Hace exactamente 366 días (y es que el 2008 fue bisiesto), por la noche, me decidía finalmente a abrir este blog. Llevaba laSemana Santa ya tanteando el terreno, observando a ciertos blogs, como el de Tiz, el de Joac o el de eGeo, admirándolos, y soñando con hacerme un huequito entre ellos.

¡Qué grandes me parecían! ¡Lejísimos estaba yo de parecerme a ellos, imposible sería conocerlos! ¡Qué encomiable su labor, qué maravillosos escritos, qué vidas tan interesantes! ¡Qué manera de plasmarlo todo, qué forma de hacernos sentir de manera tan perfecta aquello que ellos sentían! ¡Qué envidia tenía, pues poseían el don de la palabra, y una cierta reputación en la red, decenas de personas les leían y les comentaban, expresaban sus opiniones, les ayudaban en los problemas!

¡Y qué maravillado estoy yo ahora, al ver que, después de un año, he conseguido estar igual que ellos! He podido conocerles, chatear con ellos, compartir ideas, sentirme uno igual. No les he bajado de su pedestal, simplemente yo he subido un poquito más. Porque eso, sin duda es lo que me ha dado este blog. Este blog y vosotros. La capacidad de crecer.

He aprendido muchísimo a lo largo de este año, soy mejor, un poquito más perfecto, cada vez más cerca de mis grandes elogiados. Antes del verano, lo único que pensaba cada día era venirme al ordenador y contar al mundo cómo me sentía desde esa mañana. Sabía que alguien habría que leyese mis palabras, que sintiese mis sentimientos, y que podría aconsejarme. Y mucho, así es, me han ayudado. Han pasado cosas interesantes en este año, dos de ellas fundamentales, que han marcado mi vida. La primera, que en realidad ya se venía arrastrando desde años atrás, pero que llegó a su colofón, y es la especie de relación odio-amistad con Adán, el chico al que tanto "quise". Como decía en aquel momento, no sabía qué era querer en realidad, pues nunca sabemos cuán de fuertes son nuestros sentimientos, ya que sus límites son insospechados. Siempre podremos amar un poquito más, odiar un poquito más. Y yo ahora puedo confirmar que quiero con más fuerza que nunca a la personita que apareció a mediados de año.

eGeo. Una persona que marcó mi vida. A él yo no lo veía en un pedestal, pues las nubes lo tapaban de tan alto que estaba de mi alcance.  Era él, sin duda, eGeo, el chico más especial que pudiera pasar por la red. Que revolucionaba el sector con cada entrada, que creaba oleadas de posts parecidos a los suyos, que mantenía en vilo a todo el mundo. Y por mi blog, por supuesto, no se iba a pasar... Pues qué equivocado estaba. eGeo entró en mi vida, y casi 10 meses después, no ha vuelto a salir, ni lo hará nunca.

Ahora estoy orgulloso. Aquellas personas inmortales y superiores ahora sé que son como yo. No les he quitado a ellos esa magnificencia, ni esa especialidad que los caracteriza, no, al revés. Yo he aprendido que también soy especial, que puedo ser tan especial como ellos, pero no más. He aprendido que todo el mundo tiene en sí mismo un tesoro de valor incalculable que hay que abrir. Yo, el cofre, he sufrido muchos daños, y algo de mi oro se ha ido perdiendo por el camino. Pero he conseguido aguantar con los pocos clavos oxidados que me quedaban, hasta que ha llegado la opinión que puede apreciar todo mi potencial. Ese mismo crítico soy yo, he visto cómo soy, me he descubierto, y ahora reparto mis doblones de oro y mis joyas al que merezca recibirlas, siendo eGeo el mayor de los beneficiados. Quizás sea él, quizás sea el blog, quizás tenía que ser así, ese cambio en mí se ha dado. Soy distinto, soy mejor, soy el Gato en estado puro, el que siempre quise haber sido, el que nunca imaginé que sería. Aunque aún queda que me lime mucho las uñas, que me peine el pelaje y que me atuse los bigotes con insistencia, para ser verdaderamente yo, en toda mi individualidad, y con todo mi pensamiento personal.

Gracias. Sólo puedo decir eso. Gracias a todos por estar ahí. Gracias por comentarme día a día, gracias por las visitas. Me animáis a hacerme mejor. Lo necesitaba. Encontré la fórmula mágica. La llave plateada que abría el cofre. Cada uno ha de buscarla, nunca se sabe donde está. Yo la encontré aquí, en la expresión de mis pensamientos. Es la mejor elección que he tomado en mi vida, nunca me arrepentiré, tan sólo me ha traído cosas buenas. El amor, lo más esencial, una de ellas.  Y pensar que a punto estuve de no crearme la cuenta en el blog... y pensar que todo de esto no habría pasado...

¿Dónde me encontraría ahora mismo si hace un año no hubiese escrito ese primer post?

Prefiero no imaginarlo....


¡¡¡UN BESAZO A TODOS!!!