Hoy no he salido de casa para nada. Mi madre llevaba unos días mandándome hacer algo, y ya tocaba, no podía retrasarlo más. He pasado toda la mañana limpiando el cuarto. Quitado cosas, pasando el trapo y volviéndolas a poner.
Con ello, he purgado mi habitación y todo el 2008. A cada cosa que apartaba, una olvidaba, y con cada ácaro que asesinaba, una lágrima llorada se secaba. Este año me parece que ha sido de los que más he llorado. Pero ha sido el único año en el que he acabado llorando de felicidad pura y dura, cien por cien verdadera. Ha sido el primer año para muchas cosas, pero sobre todo, para la felicidad.
He hecho algunas remodelaciones necesarias para los nuevos tiempos. Este año he puesto un nuevo complemento en mi cuarto, grandes ventanales y espejos, ese toque de luminosidad que me ha aportado eGeo. El espejo sí lo he puesto de verdad, al fin, y eso es un paso enorme. Ahora me miro en el espejo, antes no quería. Ahora me gusta lo que veo. Veo un chico seguro, hecho y derecho, con fuerzas para conseguir lo que quiere, un chico también sabio por la experiencia, con las heridas ya casi curadas, pero con las cicatrices candantes que nunca olvidará, que le recuerdan y aconsejan cómo actuar. Y también, por qué no, veo a un chico guapo. Con el pelo como quiere, con un cuerpo que no está mal (ni bien), por primera vez en mi vida veo su sonrisa bonita. La veo bonita... porque es sincera. Sonríe de verdad. He aprendido a utilizar bien este nuevo mobiliario. Ya no veo en el espejo del baño al pasar por el pasillo a ese chico esmirriado, con el pelo mal puesto
He agregado nuevos accesorios, y he quitado otros muchos. Adán ya estará ahogándose en la isla ecológica de esas, que huelen peste cuando hace sol. Pues allí estará, atemorizado por los mismos temores que yo tenía. Solo, triste, abandonado, sucio, insensible, despreciado, adjetivos que durante años se acumularon en mi diccionario y que hoy he borrado con mi tipex mágico. He tirado hojas y hojas de recuerdos amargos, con historias de personajes vacíos, con melodías siniestras de funeral, con trazas que dibujaban un trágico y perverso final, todas ellas las he quemado. Para que no se vuelvan a repetir, el humo negro se ha ido volando y los pedacitos chamuscados se han dispersado en el amplio cielo. Jamás volverá a mí. He tirado también la impresora que solo imprimía papeles negros, manchados, que nunca daba nada bueno, que no te ofrecía lo que le pedías, ni te proporcionaba aquello por lo que había trabajado.
En este año 2008 han pasado muchas cosas. Mi cuarto ha cambiado mucho. Al principio, no lo limpiaba nada. De repente, en Mayo, me di un lavado de cara a mí mismo y me puse a trabajar. Finalmente, en Octubre acabé con la faena, y ha quedado limpio y reluciente. Las vistas de mi ventana son las mismas, solo que ahora las veo con otros ojos. El cristal lo he cambiado, y ahora veo cosas nuevas. Los pájaros se acercan a verme, el señor mayor del tercero que se levanta por las noches sigue con su costumbre, y me encanta verlo. Me gusta ver su robusta fragilidad de anciano, su parsimonia, su constancia, su tranquilidad en el hacer. Ahora me paro a apreciar las cosas pequeñas de la vida. Ahora sé cuáles son las cosas pequeñas de la vida. Salir con mis amigos al parque cada día, se convierte en una odisea de ilusión y alegría con un final siempre distinto, inesperado y emotivo. Esos amigos de verdad que he descubierto, que me escuchan y piden mi opinión, que me comprenden, que quieren desentrañar el confuso mecanismo de mi mente.
Adoro mi nueva vida. Adoro a eGeo. Él me lo ha dado todo. Aunque creo que también tengo derecho a felicitarme a mí mismo por todo lo que he conseguido este año. Mi vida ha sido muy dura. No la más dura del mundo, lo sé, pero tengo que estar orgulloso de haber soportado todo pacientemente, sin tirar nada por la borda, pensando siempre en las consecuencias de mis actos. También he de agradecer el apoyo que me ha ayudado a sobrevivir a muchas cosas. Una son mis libros. Mis libros es mi imaginación, la esperanza por un futuro mejor, el deseo de mejora, los sueños que quería alcanzar. Otra, es mi ordenador, mi querido ordenador con su gran pantalla. Y dentro de esa pantalla plana, cada uno de vosotros. Muchas personas, podría decir que todas las más de 12.000 que han pasado por aquí desde su apertura hace 10 meses, me han ayudado, me han enseñado a ser como debo ser, me han dado empujoncitos cuando no podía más, permitiéndome ascender a donde estoy ahora. Este año ha sido el año del blog, en el que lo he empezado, y en el que os he conocido. He conocido a muchos bloggeros importantes para mi, en especial el fantástico Joac, el ya desaparecido Tiz (¡Se te echa de menos!), el intermitente Rey del Recorte, el fugaz Bo Tare, el sabio Oso y el divertido Jorge. Muchos más se me quedan, aunque no tantos, porque desgraciadamente mi blog no es de los más exitosos ni conocidos... será porque no lo merezco, y es verdad, no creo que sea más bueno que los demás. A todos ellos que estuvieron allí siempre comentándome, aunque yo no les respondiese a la mayor parte de los comentarios como debería, gracias, muchas gracias.
Todos descubriréis algún día mi nuevo cuarto. El cuarto que compartiré con eGeo en cualquier ciudad dentro de cierto tiempo. El que decoraremos juntos con los nuevos recuerdos que recogeremos de cada año que pase a su lado. Prometo que así se hará. Tengo fuerzas suficientes para luchar. Este Gato tiene sus nuevas botas para saltar lejos, muy lejos, en este nuevo 2009.
He agregado nuevos accesorios, y he quitado otros muchos. Adán ya estará ahogándose en la isla ecológica de esas, que huelen peste cuando hace sol. Pues allí estará, atemorizado por los mismos temores que yo tenía. Solo, triste, abandonado, sucio, insensible, despreciado, adjetivos que durante años se acumularon en mi diccionario y que hoy he borrado con mi tipex mágico. He tirado hojas y hojas de recuerdos amargos, con historias de personajes vacíos, con melodías siniestras de funeral, con trazas que dibujaban un trágico y perverso final, todas ellas las he quemado. Para que no se vuelvan a repetir, el humo negro se ha ido volando y los pedacitos chamuscados se han dispersado en el amplio cielo. Jamás volverá a mí. He tirado también la impresora que solo imprimía papeles negros, manchados, que nunca daba nada bueno, que no te ofrecía lo que le pedías, ni te proporcionaba aquello por lo que había trabajado.
En este año 2008 han pasado muchas cosas. Mi cuarto ha cambiado mucho. Al principio, no lo limpiaba nada. De repente, en Mayo, me di un lavado de cara a mí mismo y me puse a trabajar. Finalmente, en Octubre acabé con la faena, y ha quedado limpio y reluciente. Las vistas de mi ventana son las mismas, solo que ahora las veo con otros ojos. El cristal lo he cambiado, y ahora veo cosas nuevas. Los pájaros se acercan a verme, el señor mayor del tercero que se levanta por las noches sigue con su costumbre, y me encanta verlo. Me gusta ver su robusta fragilidad de anciano, su parsimonia, su constancia, su tranquilidad en el hacer. Ahora me paro a apreciar las cosas pequeñas de la vida. Ahora sé cuáles son las cosas pequeñas de la vida. Salir con mis amigos al parque cada día, se convierte en una odisea de ilusión y alegría con un final siempre distinto, inesperado y emotivo. Esos amigos de verdad que he descubierto, que me escuchan y piden mi opinión, que me comprenden, que quieren desentrañar el confuso mecanismo de mi mente.
Adoro mi nueva vida. Adoro a eGeo. Él me lo ha dado todo. Aunque creo que también tengo derecho a felicitarme a mí mismo por todo lo que he conseguido este año. Mi vida ha sido muy dura. No la más dura del mundo, lo sé, pero tengo que estar orgulloso de haber soportado todo pacientemente, sin tirar nada por la borda, pensando siempre en las consecuencias de mis actos. También he de agradecer el apoyo que me ha ayudado a sobrevivir a muchas cosas. Una son mis libros. Mis libros es mi imaginación, la esperanza por un futuro mejor, el deseo de mejora, los sueños que quería alcanzar. Otra, es mi ordenador, mi querido ordenador con su gran pantalla. Y dentro de esa pantalla plana, cada uno de vosotros. Muchas personas, podría decir que todas las más de 12.000 que han pasado por aquí desde su apertura hace 10 meses, me han ayudado, me han enseñado a ser como debo ser, me han dado empujoncitos cuando no podía más, permitiéndome ascender a donde estoy ahora. Este año ha sido el año del blog, en el que lo he empezado, y en el que os he conocido. He conocido a muchos bloggeros importantes para mi, en especial el fantástico Joac, el ya desaparecido Tiz (¡Se te echa de menos!), el intermitente Rey del Recorte, el fugaz Bo Tare, el sabio Oso y el divertido Jorge. Muchos más se me quedan, aunque no tantos, porque desgraciadamente mi blog no es de los más exitosos ni conocidos... será porque no lo merezco, y es verdad, no creo que sea más bueno que los demás. A todos ellos que estuvieron allí siempre comentándome, aunque yo no les respondiese a la mayor parte de los comentarios como debería, gracias, muchas gracias.
Todos descubriréis algún día mi nuevo cuarto. El cuarto que compartiré con eGeo en cualquier ciudad dentro de cierto tiempo. El que decoraremos juntos con los nuevos recuerdos que recogeremos de cada año que pase a su lado. Prometo que así se hará. Tengo fuerzas suficientes para luchar. Este Gato tiene sus nuevas botas para saltar lejos, muy lejos, en este nuevo 2009.
¡¡Un besazo a todos!!
(Así me vestí para la limpieza a fondo. Tipo Cazafantasmas. Maravillosa película.)