viernes, 12 de septiembre de 2008

Milú


Milú es una persona muy importante en mi vida. 

Es una mujer adulta que sobrepasa la cuarentena, que conocí por casualidad en un foro de internet hace tres años. Desde entonces todos los días que hemos podido, que son muchos, hemos hablado por el messenger... siempre ella estaba ahí conectada, dispuesta para escucharme, y yo preparado para hacerla sonreír un rato. Le cogí cariño muy rápidamente, le presenté a mis padres, y se hicieron amigos. Hicimos varias reuniones con otros amigos del foro, y pasamos muy buenos fines de semana juntos, era como si nos conociésemos de toda la vida cuando sólo habíamos hablado a través del monitor. En cierta vez fui con la familia expresamente a visitarla a Madrid, se alegró mucho y me enseñó varios museos madrileños en un bonito paseo.

Milú no es feliz. Vive con su marido y su hijo... a éste lo quiere mucho, pero nunca me cuenta cómo es su relación con el marido, del que apenas sé el nombre y poco más. Está desilusionada con la vida, defraudada, porque desde siempre ella se ha llevado todos los palos desde todos los sitios. Tiene una autoestima muy baja, y piensa que todo lo que ocurre a su alrededor es por su culpa, teme haber caído en el lugar equivocado y no encontrar el suyo. Siente que sobra, que no sirve para nada, no sabe cuál es su finalidad... ya no tiene ilusiones, solo vive porque su corazón dolorido late.

Pero por mi sí que ha hecho mucho... a falta de unos padres con los que hablase, pues casi nunca ha habido diálogo de verdad, donde contar los problemas (aunque ahora con mi padre sí que está surgiendo esa confianza), ella fue mi apoyo moral y psicológico durante el primer año, me enseñó muchísimas cosas, aprendí a escribir bien gracias a ella y lo pasé muy bien en nuestras conversaciones en verso. Me ayudaba con cualquier duda, me daba consejos, yo le contaba todo... pero al año justo, empezó mis fatídica historia con Adán... y entonces tuve que dejar de contarle. Ella siempre ha pensado que soy hetero... ha dicho que soy un caballero andaluz, que soy su señorito, y cuando he salido mucho con alguna chica y se lo digo, pues me empieza a insinuar que si estoy con ella. No me atrevo a decírselo... creo que le defraudaría... pero aún así, le he prometido que algún día le contaría muchas cosas que no podía decirle sobre mi, al igual que ella me contaría cuales son sus verdaderos problemas. Temo que venga ese día, sinceramente... pero en un futuro, sucederá y le contaré la verdad. Me encantaría poder enseñarle el blog... sé que se sentiría muy orgullosa... pero no puedo hacerlo, aún no.

Normalmente está bien... hablamos por el msn siempre, de todo... pero es que en los últimos meses no he podido prestarle la misma atención que antes. Esto pasa porque tenía que estudiar, porque cada vez quedo más con los amigos, porque suelo estar ocupado haciendo cosas, porque estaba escribiendo aquí en el blog (yo necesito mi tiempo, me olvido de los demás cuando lo hago), o porque estaba hablando con otras personas que por momentos se volvieron primordiales. No es que hubiese pasado de moda... no, en absoluto, ella siempre fue importante, y las ganas de hablar nunca cesaron. Pero otras cosas entraron en mi vida, también de suma importancia, como era lógico con la edad. Este año menos la veré, ya que iré al gimnasio, a las clases de inglés, tendré que estudiar mucho... y los fines de semana saldré todo lo que pueda, es lógico, quiero aprovechar mi tiempo.

Ésto a ella le molesta un poco... porque piensa que la voy olvidando, que la reemplazo. Y no es verdad... claro que no, solo que mi tiempo libre cada vez es más limitado, y no puedo dedicarlo exclusivamente a chatear con ella. Se lo he intentado explicar muchas veces... pero es difícil, porque cuando un día no aparezco por el msn, al siguiente me reprocha algo... y aunque sé que lo hace en broma, a mi me sienta muy mal. Eso a veces me crea una tensión increíble... pero bueno, voy saliendo del paso, la vida es así. Soy un adolescente, es normal que cambie... ella incluso me dice que ya no soy como antes... que le contaba todo con pelos y señales... y que ahora siempre estoy "pues bien!". ¿Pero qué decirle? Me cuesta horrores decir que soy gay... y sé que eso no es lo más importante, que no lo cambia todo, no es decisivo ni determinante...

Pero me cuesta. Con mi padre igual. La situación es algo extraña... seriamente creo que sabe que soy gay, porque muchas veces las palabras faltan. ¿Pero qué hago yo ahora? ¿Cómo se lo digo? ¿De qué manera? ¿Cuándo? ¿Qué responderá? Y mi madre... me da la sensación de que mi madre no tiene ni idea. En ocasiones me insinúa algo con una chica, o imagina mi boda... Mamá, que va a ser que no me voy a casar, y no es por falta de ganas... pero sigue con lo mismo. Es verdad que ya no tanto como antes, no está tan desesperada por que me busque novia, sabe que soy raro y listo. Pero a veces cansa... nadie deja lugar a la duda, todos dan por hecho que el hombre debe de estar con la mujer... pues no, yo quiero yacer con otro hombre para toda la vida!

Estoy desvariando un poco, me parece. Empecé este post ayer por la mañana, al igual que otros dos... pero ninguno terminé. Próximamente os contaré por qué...

Terminando con el tema... Milú es una persona muy importante para mi. Es una gran amiga, le quiero mucho, y nunca la olvidaré, que eso es lo que ella teme. Espero algún día tener el valor de pasarle la dirección de éste blog, y que ella lea aquí cuánto la aprecio. Supongo que le gustará.


Un besazo a todos, y otro enorme para Milú, si algún día lees éstas palabras!