domingo, 14 de diciembre de 2008

Final feliz.


Ya lo habéis visto en el post de eGeo.

El viernes fue uno de los peores días de nuestras vidas. Tanta desesperación, frustación, impotencia, angustia, dió el mejor de los resultados. Maravillosamente, del miedo irrefrenable hemos pasado a lo más parecido a la felicidad completa posible. Esto apoya mi forma de pensar, todo lo malo es bueno, pues tiene sus consecuencias también positivas, aunque vengan a la larga y parezca que nunca llegan.

eGeo ahora es una alegría de chico. Se le ve exultante, feliz, hiperactivo, no para de decirme que me quiere, es divertido, esporádico, sorprendente. Me encanta verle así. Hacía tiempo que no lo veía tan feliz, o quizás es que esta semana horrible para los dos se me ha hecho demasiado larga. Ahora comienza un nuevo período, en el cual seremos un poquito más felices y podremos soportar mejor la distancia que nos separa. Ha merecido la pena, sin duda el sufrimiento, muchísimo.

El post de ayer recibía como título "¿Cuál es el cauce de la cosas?", pero poco me explayé sobre esa idea original en la que pensaba. El anónimo del post del viernes, con su conciso aforismo, me quiso decir que todas las cosas volvían a la normalidad. Entended, entonces, que yo esa noche nefasta, al ver esa frase, solo la entendí de la peor forma posible. La normalidad, ese cauce estable, para mí sería la constante desesperación, tristeza y lamento en el que me he sumido la mayor parte de mi vida. El haber salido del llanto y haber contemplado una sonrisa enamorada habría sido sólo una variación inoportuna, algo distinto que se saliese de la rutina. Era lógico que pensase que esa rutina triste era la impuesta en mi día a día irremediablemente, pues aún me parecía increíble que la felicidad estuviese hecha para mí, al haberla disfrutado un diminuto espacio de tiempo. Hoy veo que me equivocaba. Había divagado hacia el camino equivocado, ahora he vuelto a la bifurcación para dirigirme hacia lo correcto y verdadero. Todo empezó mal en mi vida, pero eso no significa que deba seguir así, al contrario.

Ya no sé lo que pienso, y menos lo que digo. Estoy cansado, me duele la cabeza y no me encuentro nada inspirado. Hoy he estudiado matemáticas y me he leído parte de Don Juan Tenorio, he de hacer el trabajo de una vez por todas. No he salido de casa, nada más que para comprar el pan. He chateado a todas horas que he querido con eGeo, la primera vez desde que lo conozco que hago ésto. Ya llevo medio año enganchado él, y éste nuevo chute me hace sentir mejor que nunca. Aseguro que mi adicción nunca frenará, siempre irá a más. Mi dependencia de él será total, porque él hace que por una vez en mi vida yo también depenga de mí y tenga en cuenta mis circustancias. Me ha enseñado a pensar en mí, a verme como nunca antes me había visto.

Estoy bien, muy bien. Una vez más, la vida me sonríe, aunque sea una sonrisa dolorosa por las marcas sufridas, pero es una sonrisa pura, sincera. Una sonrisa feliz.

¡¡Un besazo a todos!!

PD: En la foto... Es amarillo, es feo, no pega con nada... pero te puede salvar la vida, nos dice Karl Lagerfeld, modista perteneciente a la casa Chanel, en esta graciosa campaña publicitaria. Bah, tonterías varias, pero agradables, tal como el día de hoy.