martes, 3 de febrero de 2009

Los 120 días de... FELICIDAD


Hoy. A esta hora precisa estaba terminándome un sandwich de jamón y queso, pedido directamente desde la habitación del hotel. Del precioso hotel, de la hermosa ciudad, en la que me reuniría con un fantástico chico. Estaba nervioso, diminutas hormigas corrían por mis entrañas, y a la vez mil elefantes percutían en mi corazón. Iba a conocer al chico de mi vida. Por allí estaba, ese móvil que tanto había sonado y tanto sonaría, lo hacía una vez más para avisarme que estaba preparado. La sensación es indescriptible. Se me inundan los ojos al recordarlo. A orillas del río Ebro, nunca imaginé que sería allí, a las 11 y 35 minutos de la noche, otros labios se acercaban decididos a besar los míos. Y yo no oponía resistencia, yo me acercaba más a mi destino, lo necesitaba. Era el maná de vida que me iba a proporcionar fuerzas, que iba a subsanar todas las heridas de mi vida anterior. Porque sí, ya podía considerar un antes y después. Antes de eGeo y Después de eGeo. Sin duda, me ha cambiado la vida totalmente.

Ahora son 4 meses, dentro de 30 días serán cinco, pronto haremos el medio año, y cuando no nos demos cuenta, será verano. Iré a verlo a Logroño si me es posible, o me visitará el a mí, hasta que llegue el día de dicha. Se quedará en Fuengirola unos días, organizaremos papeleo, y nos mudaremos a la Ciudad G. Queda aún mucho por planificar, sí, pero lo importante está dado, al menos podemos tantear con seguridad el terreno del futuro. Un futuro que quiero, que deseo, que sé que voy a pasar con él. Poder pasear juntos por esa preciosa ciudad, agarrarnos de la mano, desayunar churros, jugar con el futuro segundo felino de nuestra casa... y tener eso, NUESTRA CASA. De eGeo y de Gato. Hacer nuestra propia república independiente, poner nuestras reglas, y vivir.  VIVIR

Lo único que puedo pedir es que salga todo bien. Si todo fuera tan fácil y hubiera algún dios al que rezarle para que se cumpliesen nuestros anhelos, le rogaría que todo continuase como está. Que el destino no me hiciese ninguna mala jugada, bastante ha jugado ya conmigo. Sí, ahora me vuelvo egoísta, y hablo de mí. De que lo necesito, me merezco ser feliz, por encima de todas las cosas. ¡Y qué suerte ha tenido eGeo, que le ha tocado en la rifa, y yo he decidido ser feliz a su lado, por lo que él también lo será! Necesito ser un poco caprichoso con todo, que me regalen los oídos y el alma, que estén atento a mí, es una forma de resarcirme, de recuperar todo aquello que entregué sumiso. eGeo sabe hacerlo, y espero que siga así. Es una persona maravillosa.

Mi vida, 120 días. Aquellos que en la referencia del título habían pasado haciendo el "amor" de cualquier manera, nosotros también lo hemos hecho, a nuestra manera. Hablando cada día por teléfono. Ciento sesenta y cinco horas susurradas entre las sábanas, habladas sin miedo por la calle, lloradas de tristezas, exclamadas de alegría. Y no hemos dejado de hacer el amor ni un minuto de todos ellos. Un amor de verdad, puro, que nunca imaginé. Antes creí sentirlo...  no, ahora sé lo que es amor. Con una pareja estable, sé lo que es ya la seguridad, la tranquilidad de que continuará, aunque no la monotonía: nunca ha existido, ni existirá. Sólo falta una cosa, lo que ya sabéis. Y lo que conseguiré si seguimos así.

Puedo haber perdido algunas cosas en estos cuatro meses, como tiempo, pues es casi una semana hablando, pero no me arrepiento de nada. Muchas cosas más he ganado. Hemos avanzado muchísimo como pareja, mucho, y aunque aún quedan cosas por hacer, cada vez es menos. Cuando sea verano, estaremos lo suficientemente preparados. A ver lo que nos depara el futuro.

Un besazo a todos.

Y uno más fuerte, que le daré ahora por teléfono.

Te quiero. 

Ni más.... ni menos.

PD: Espero no haber sido excesivamente cursi/ñoño... :P