jueves, 2 de octubre de 2008

Mañana es mi gran día


Al fin... no me lo creo. No, no me lo creo aún, que mañana, MAÑANA, MAÑANA... MAÑANA!!!!, vaya a ver a la persona que más quiero y he querido nunca, alguien muy muy especial para mi, a mi amado eGeo.

Diosss, estoy que trino... es una mezcla de todo... siento impaciencia, quiero que pase el tiempo rápido... pero también tengo nervios, pues no sé cómo será, qué pasará, cómo estaré... se une a todo ello el recuerdo. Ahora mismo, sabiendo que estoy verdaderamente próximo a la completa felicidad, me doy cuenta de todo lo que ha pasado antes, todo lo que he tenido que sufrir para llegar a éste punto. La verdad, no puedo decir que esté orgulloso de todo lo que ha pasado antes, pues aún me gustaría que nada hubiese ocurrido... pero sí puedo estar orgulloso de haber aguantado. Muchas veces me he creído caer en picado hacia lo peor de lo peor, tal y como habéis podido ver al plasmarlo yo aquí, pero sigo en pie. Me tropecé muchas veces, hasta que conseguí que alguien me levantase. Sufrir, el sufrimiento... nunca cesará, es parte de nuestra vida... pero ésta también está salpicada de momentos de felicidad, que tengo que aprovechar al máximo. Y es lo que voy a hacer con eGeo, a toda costa.

Pero también mi conmoción está producida por la alegría, cómo no... Os contaré una cosa. Anoche antes de que me llamase eGeo, como de costumbre, estuve viendo unas fotos mías. Encontré una de cuando tenía 7 años, en 1998, con mi sudadera con bordados cosido por mi madre y una camisa de cuadros marrones por dentro, mi pelo corto pero abundante que con la luz parece pelirrojo, una sonrisa forzada pero muy graciosa, con mis hoyuelos surcadas en las mejillas, hasta podría decir que era guapo, y sobre todo, parecía feliz. Veo que he cambiado tanto durante 10 años... que todo me ha ido mal, y que he ido descendiendo y descendiendo, llegando hasta un punto en el que no me quería ver ni en el espejo, del mismo odio intenso que sentía hacia mi persona... Entonces, sentado en mi cama, recordando tiempos pasados, empecé a llorar. Justo en ese momento, llamó eGeo... y entonces, mientras hablaba con él, mi llanto paulativamente llegó a ser un derrame de alegría en su forma líquida. Mientras lagrimeaba, le decía que le quería, y cuantas más veces lo hacía y él me respondía, más aumentaban mis sollozos. Salados regueros llegaron a mi boca, que pronunciaban su nombre junto con esas dos palabras tan bonitas que pronto susurraré en su oído con voz dulce y melodiosa.

No sé por qué lloraba... pero no podía dejar de hacerlo. Quizás estaba tonto, como a las chicas les pasa a veces, que están demasiado sensibles... será eso, que soy un sentimental. Lloraba porque le quería... bastante extraño, porque ha sido mi primera vez en experimentarlo. Es bello, llorar de amor por otra persona... pero confusamente doloroso. Lloraba por lo que iba a tener dentro de pocas horas, porque era lo que había estado esperando toda mi vida... pero también lloraba por lo que pasaría después, el sábado por la noche, en el momento de separarnos definitivamente. Si os soy sincero, la idea de que quizás lo vuelva a ver en verano no me sirve de nada, no me anima lo suficiente... aun así, tendré que guantar. Pero bueno... el que algo quiere, algo le cuesta... y yo quiero a eGeo, por lo que haré todo lo posible, aunque me cueste lo más duro en ello, para estar a su lado.

Mañana, mañana.... mañana me levantaré mucho más temprano, cogeremos el Cercanías e iremos a Málaga. A cierta hora, cogeremos el AVE, y hacia Madrid nos dirigiremos. Allí pasaré el tiempo con Milú, a la que también tengo muchas ganas de ver, hasta las 6 más o menos, cuando nos prepararemos para el viaje a Logroño. Llegaré allí por la noche, también en tren. En taxi hasta el hotel, media hora después aproximadamente, cuando esté cambiado, duchado, afeitado y perfumado, bajaré a la recepción. Intentaré llegar antes de lo previsto, pero me conozco muy bien, y aunque me vengan a buscar, siempre aparezco tarde. Pero ésta vez va a ser distinto, porque es una ocasión especial. Y cuando, mientras doy vueltas por el precioso hotel (según me cuenta eGeo) observando mi móvil o tranquilizando mis nervios de cualquier modo, cuando aparezca cierta personita por la puerta... podré decir que soy el chico más dichoso del mundo mundial. Y no puedo decir nada más, porque lo que pasará después del abrazo inicial, es un misterio que pronto se aclarará.

Sigo de los nervios... tengo cosas que hacer esta tarde, muchas. Tengo que comprarle un regalo a Milú, entre otras cosas, y no sé cuándo lo haré. Tengo que hacer mi mochila, y rezar por que no sobrepase los 8 kilos. No iré a inglés, porque no quiero, no he hecho los deberes, y tengo esas cosas que hacer... lo que me pone en un compromiso. Lara y el treinteañero quieren urgentemente quedar conmigo hoy, aunque sean cinco minutos. No tengo ni idea de por qué, pero llevan toda la semana insistiendo. No sé cómo me escaparé... en fin, voy mientras arreglando detallitos en casa, preparándome para el viaje. Hoy en clase muchos me han despedido, aunque yo se lo había contado a pocos. ¡¡Cuánto me ha alegrado ver que ahora si que tengo amigos en clase que se preocupan en mi, aunque sean totalmente distintos que Chris, su novio, Lara, Sally y los demás del nuevo grupo!!


SOY casi casi casi FELIZ!!!

Un besazo a todos, se os quiere!!!


PD: La foto es de un dibujo que hice hoy... otro igual hice en la mesa del instituto, lleva tres días allí, y las limpiadoras no se atreven a borrarlo... a que no sabéis a quién va dirigido?? :P No hace falta que diga tampoco el significado, no?. Pues hala, espero que os guste... si es que cuando yo saco la cursilería, nadie me gana...