lunes, 28 de diciembre de 2009

Villancico para mi cuñado Fernando - Love of Lesbian.




Uno de los mejores grupos que hay en la escena rock-pop independiente española.

En directo son geniales.



Navidad, Navidad. Triste Navidad. Maldita Navidad Estoy deseando de que termine.


Más problemas de los que podéis imaginar me atosigan, me ahogan, me sumergen en lo más profundo de la miseria. Parecen banalidades las historietas que aquí contaba, mis pequeñas aventuras, mis sufridos martirios no son más que un rasguño teniendo en cuenta lo que estoy pasando ahora.


En nada me puedo apoyar. Vivo en una ciudad extraña, completamente solo. Sin verdaderos amigos con los que contar. Sin ilusión por conocer más. No deseo esta soledad a nadie.

Y vuelvo a mi ciudad, mi querido pueblecito al pie de las montañas, y todo es peor. Es el núcleo de todos los problemas. No me siento en mi casa.

Mis padres se han separado, y mis amigos, aquellos a los que tanto amaba, han preferido apartarme de sus vidas. No tengo con quien salir, no hay regalos para Navidad, ni cena familiar. No hay paz ya en el hogar. Me duermo deseando no despertarme jamás. Pero vuelvo a abrir los ojos ante la dolorosa luz.

Los días son eternos. Éstos tres meses me han parecido tres años. Y a la vez, el tiempo pasa demasiado deprisa. Porque siento que no siento, que no vivo, que no lato. Que la vitalidad, la energía se me escapa.


No me siento yo, y eso es frustrante. No sé qué soy ya. Qué he hecho bien y qué mal. Qué puedo hacer para arreglarlo. Qué se puede arreglar.


No tengo fuerzas. Y el año se acaba. Un año muy largo, demasiado.



Que por una vez, no termina tan mal como empezó. Al contrario que otros años, que siempre me mantenía en la misma miseria.

En este caso, estoy mucho, mucho peor que hace 365 días.


Infinitamente peor.


¿El sufrimiento tiene límites, verdad? Decid que sí.





Ah, y por supuesto, no tengo novio, ni lo tendré en mucho, mucho, mucho tiempo.