lunes, 3 de noviembre de 2008

El frío volvió


¡Hace frío!

Es la primera vez en muchos meses que me pongo camiseta de manga larga, jersey y chaquetón. Ya se necesita totalmente la ropa de invierno, ¡y pensar que la saqué del armario (como estoy saliendo yo) hace una semana!. El cambio atmosférico ha sido brutal, lleva varios días llorando el cielo, furioso como hacía tiempo no se veía. El aire es frío, ya el sol apenas sale entre las nubes para calentarnos levemente, vuela el viento y los charcos nos mojan los pies. Me hago daño en la garganta al respirar, por lo que el pañuelo de eGeo siempre está atado a mi cuello.

Me recuerda a él, y a que hoy cumplimos un mes. 31 días, el mes más largo, juntos. 30 días separados. Justo ahora cuando escribo esto, hace un mes, estaba rasgando su nombre y el mío en la corteza de un árbol, mientras él quitaba la cadena de su bicicleta, y un cura y varias mujeres mayores nos miraban sin parar. Le di un beso en frente de una de ellas... nunca lo olvidaré. Nunca olvidaré lo que pasamos, lo que sentí, lo que me hizo vivir. No es tanto por lo físico... es por lo espiritual. Me hizo sentir único, especial, completo. Estaba con la persona adecuada, era un sentimiento muy extraño. Era yo el protagonista de su historia... y al fin yo tenía una historia feliz. Jijiji, una historia feliz de cuyo final aún no he escrito...  :S (Carita de vergüenza...).

Casi ya no lo menciono como antes, pero sigo teniendo vida escolar. La verdad es que todo va bien... el instituto ha pasado a un segundo plano, pero no sé bien cuál es el primero, así que pongo a eGeo, por ejemplo. Me siento algo vacío, pues antes lo más importante eran las clases, y ahora no tengo nada sobre lo que ocuparme... porque cuando amas a una persona a la distancia, hay un límite en el que no puedes hacer nada más que llamarlo, por mucho que quieras estar a su lado. Y vuelvo a hablar de él... ¡soy monotemático! Pero es que le quiero tanto... y tengo miedo de perderle. No imagino ya mi vida sin él... y si me atrevo a divagar sobre ese futuro que no quiero, lo veo igual que el pasado que no quise, pero que tuve. Él es lo único que me importa ahora mismo, ya que todo lo demás ha pasado a planos secundarios, y si todo acabase me encontraría de nuevo viviendo la vida pasivamente, sin ilusión. Pero, sin duda, lo que él me da son fuerzas para no pensar eso, y para tener mucha sangre fría y paciencia para hablarlo todo. No lo hemos dicho, pero han surgido algunos problemillas, todos por culpa mía, como no, que ya están solucionados. Es lo normal, y como suponía, el momento de la reconciliación es precioso.

Vuelvo a las clases. Hoy he tenido examen de estadística. Estadística es fácil... sólo fórmulas, la profesora hace que no tenga ni chicha ni limoná el asunto. Eso de "no tiene ni chicha ni limoná" lo digo porque me recuerda a una profesora de matemáticas muy famosa de mi centro que tuve hace dos años, muy mayor y de aspecto horrible, de mal genio y fuerte carácter, pero sin duda la mejor profesora que he tenido. Sabe que es vieja y que le queda poco para jubilarse, así que pasa de todo y de todos. Los días que no quería dar clase, nos dejaba salir antes y ella se iba a tomarse un café, otros nos dejaba escuchar música o hacer lo que quisiéramos, etc. Al ser nuestra tutora, tenía mucho poder sobre nuestra clase, de tal manera que el director y el jefe de estudios poco podían hacer para retenernos allí cuando faltaba algún profesor. Pero cuando daba clases... ¡Ay dios, cómo era! Nos gritaba sin parar, se ponía de los nervios, soltaba improperios y expresiones muy extravagantes, daba golpes en la mesa... nos asustaba a todos. Aunque en el fondo era buena persona... sólo camaba en el momento de dar clases. Ya hace mucho que no la veo, espero que le vaya bien. Recuerdo que fumaba sin parar y que bebía mucho... sería interesante analizar el pasado de esa mujer. ¿Habría tenido pareja? ¿Se habría casado? ¿Tendría hijos? ¿Por qué enseña matemáticas? ¿En qué siglo nació? ¿De verdad era una legionaria perteneciente al ejército de Julio César, como aseguraba la gente? Todas cuestiones que no nos atrevimos a preguntar y que siempre quedarán en el vacío de la inconsciencia.

Hoy en clase he estado feliz. Luego, tras hacer el examen, me ha dado un bajón. El examen ha sido fácil, pero yo he sido difícil. No me salía una maldita ecuación, y por ello un ejercicio de tres que componían el examen me ha salido mal. Pero no por eso me puse mal... me puse mal porque añoraba a eGeo. Y lo he estado echando de menos hasta que se ha conectado y me ha dicho que me quería. Quiere aprender a tocar la guitarra, eso me encantaría. Siempre quise un novio que tocase algún instrumento musical, y él lo va a hacer. ¿Qué más puedo pedir? ¡Sólo que pase el tiempo ráaaaapido! ¿Otra vez hablando de él? Es que él es ya mi vida... ¿qué le voy a hacer?

Hay una chica en clase, a la que ayudé en inglés la semana pasada y se sienta al lado mía, que me cae muy bien, lo paso genial con ella. La llamaré Ale. Pues el caso es que Ale, que se está haciendo muy amiga mía, el otro día me preguntó que con quién estaba, pues lo había visto en mi tuenti. Ya, muy a mi pesar, tendré que cambiarlo, sí o sí. El caso es que yo le dije que no le iba a decir nada, que era secreto... y hoy me viene a clase diciéndome que ya sabe quién es, pero que no me va a decir nada si yo tampoco le digo. No se lo quiero contar... creo que no se lo espera, no lo sé, con ella siempre he estado muy hetero. Asegura que sí lo sabe... y puede que sea verdad. Pero también puede que no lo sea, y que se crea que es otra persona... puede ser perfectamente. El caso es que no sé qué hacer. Supongo que no haré nada... quitaré la dichosa fracesita del tuenti, se le olvidará, y todos felices y eGeo y yo comeremos perdices. ¿Te gusta la perdiz, mi amor? Aunque sé que prefieres la langosta...


Un besazo a todos!!!!!!! ^^

PD: la foto es una que tenía por aquí...