miércoles, 15 de octubre de 2008

Breve inciso.


Hoy no escribiré la cuarta parte de lo que aconteció hace más de una semana ya. Eso traerá malas consecuencias para mi, porque me temo que habré de postergarlo para el viernes, lo que me hará olvidar muchas cosas de las que pasaron y ser menos preciso con los detalles. Pero lo intentaré, y si no, lo adornaré un poco con florituras, porque ya los sentimientos del instante son lo difícil de recordar. Mañana no podré tampoco escribir, por el mismo motivo por el que no he podido hacerlo con más tiempo hoy: el examen de Filosofía.

Llevo toda la tarde aquí sentado, aunque bien es verdad que he estado un rato al principio en el ordenador, hablando con mi niño. Si, en la intimidad, me gusta decirle niño, o nene, aunque sé que es muy cursi e infantil... él me produce una ternura increíble, seguramente parecida a la que siente una madre por su hijo. Solo que aquí cometeremos incesto :P. El caso es que después de eso, sobre las 5 y media, me he puesto a estudiar como loco. Bueh, no como tan loco, porque mucho no he estudiado. O si. Es raro... os cuento. Estamos dando historia de la filosofía... la historia no me gusta mucho, pero sí me interesaba saber cómo empezaron a razonar los filósofos. Empezamos, claro está, por los primeros, los presocráticos. Tales, Anaximandro, Anaxímenes, Pitágoras, Demócrito, Heráclito, etc... Todos ellos y sus interesantes vidas, más bien sus pensamientos. El caso es que en mi otra casa encontré un libro de Historia de la Filosofía Griega, y por curiosidad, estuve ojeándolo. Es exactamente lo mismo que estoy dando en clase, pero más extenso, y muchísimo mejor narrado, pues el autor utiliza en muchas ocasiones el humor, y así se me queda mejor grabado en ésta desentrenada cabezota mía. Así que me sé de todo de cada uno de ellos... pero no como viene en el libro de clase, incluso más. Y ahora, al leer el libro de texto, me cuesta más estudiar, pues no sé bien por dónde empezar ni qué coger o no coger para intentar memorizar. Mañana es el último día, la última oportunidad que tengo para sabérmelo todo, sí o sí.  Y bueh, de los deberes de física, de matemáticas, de estadística... no sé cuándo los haré... y del test que llevo DOS SEMANAS retrasado en la academia, creo que le voy a añadir una semana más... le caigo muy bien a la profesora, me parece, o se le olvidó completamente...

El caso es que normalmente necesito estar seguro de que me lo sé... y en muchos exámenes de filosofía, siempre he sentido que me faltaba algo por estudiar, que no lo había memorizado... y a la hora de la verdad, ante el papel, salían muchas cosas que no sabía que tenía ahí guardadas. Pero no quiero acostumbrarme a mi buena suerte (respecto a los exámenes, claro, lo demás... pff!), vaya a ser que me confíe y de buenas a primeras reciba un batacazo en la frente. Como siempre, acabo dejándolo todo para el último día... pero nunca me ha fallado. Ahora pienso... ¿y si no es suerte, y es que soy bueno estudiando? No, no, prefiero seguir pensando que es cosa de la diosa de la Fortuna, para no estar nunca seguro del todo y esforzarme siempre más, por si acaso...

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Cambio de tercio. Hoy he estado viendo unas cuantas muchas fotos con mi madre (bueno, en el descanso de media hora para merendar, si es que al final no estoy tanto tiempo ante el escritorio...), fotos de la familia de hace mucho tiempo, cuando yo era un renacuajo y jugaba a las casitas con mi hermana. Ups, se me ha escapado. Sí, yo jugaba a las casitas con mi hermana, y con mis amigas... me gustaba ser el padre, claro, que llegaba a casa después del trabajo, hacer como que conducía y que hablaba por el móvil... y luego coger papeles y garabatear números y palabras, a imitación de mi padre. También salgo en otra foto con una caja enorme de LEGO que tenía, hará unos 9 años, lo pasaba en grande haciendo navecitas con el indiesito, Iñaki, y su hermana, Miriam. En otras estamos en París, en Cazorla, en Nerja, en Almería, en bastantes otras salimos de camping, todos juntos, en la misma caravana de siempre, llevando unas ropas , camisetas y pantalones (mi hermana y yo ya no) que sólo aparecen por esa época. 

En muchas, podría decir que yo era guapo... Era tierno, carita redondita durante un tiempo, mofletes menos hinchados en otro, alto, y delgado, pero no esquelético, aunque me decían que así parecía. Un pelo rubio oscuro en verano y negro en invierno, ojos grandes, y siempre una sonrisa en la cara, mostrando mis blancos dientes. ¿Cómo podía ser tan feliz? ¿Cómo he podido cambiar tanto? ¿Cuándo se ha realizado el cambio, si de verdad he cambiado? Bueh, da igual... físicamente sí que he cambiado. Ya no soy tan guapo, ni mucho menos, mi cara ha cambiado muchísimo: gafas, pelo largo, más alargadas las facciones, marcas de la barba... Si, que ahora me veo muchísimo más feo. Y si no, preguntadle a eGeo cómo era antes... le regalé una foto mía con 7 u 8 años, vestido con uno de las sudaderas que nos hacía mi madre. Esas sudaderas o jerséys me encantaban... ella misma los cosía,compraba la lana y se inventaba los bordados, pasaba todas las tardes ahí con la gruesa aguja, mientras yo en muchas ocasiones le intentaba imitar... pegaditos a la estufa en el salón, en invierno, cubriéndonos con el largo mantel (o cubre mesas, o como sea que se llame, que volví a olvidar el nombre... eGeo debe recordarlo!), viendo los dibujos en la tele (me encantaba ver Canal Andalucía, ponían series antiguas, y de las buenas!), comiendo chocolate y haciendo cuentas en los cuadernillos Rubio que siempre nos compraban, mientras afuera hacía frío, y apetecía quedarse en el sofá de cuero marrón acurrucadito con los lápices en la mano. Qué recuerdos, jo, me vuelve tan tierno, siento una nostalgia increíble... Espero nunca olvidarlos, y volver a sentir lo mismo por los momentos que estoy "disfrutando" ahora.

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Se ve que no soy bueno escribiendo de nada en particular, lo mío no es saltar de tema en tema, necesito quedarme en algo fijo... aunque también me gusta hacerlo, variar bruscamente. Será que hoy me duele horrores la cabeza, llevo días durmiendo un poco mal, sin ver apenas la luz del sol... ayer llovió mucho, y me gustó, pero no salí por la tarde, y lo necesitaba. Ir al inglés no es salir por la tarde...

Necesito descansar... lamentándolo mucho, el Gato se va a dar unas pequeñas vacaciones. Al menos, por un día, mañana no encenderé el ordenador.

Hasta entonces, muy a mi pesar....

Un besazo a todos!!!




eGeo, te quiero más que nunca. Eres el mejor.