martes, 10 de febrero de 2009

Descartes, el mijeño, el tarot, Lea y los profesores.


Estos dias no he podido postear porque ando muy muy ocupado. Estudiando filosofía, entre otras cosas. Sí es cierto que me he conectado, una hora o más, y que podría haber tenido tiempo para postear... pero es que sinceramente no tenía ganas. No me ha pasado nada, tranquilos que todo va perfecto, simplemente se debe a la escasez de inspiración que llevo sufriendo unos días. Y yo, si tengo que escribir sin ganas, me cuesta mucho... menos mal que suelo tener mucha iniciativa. El viernes tengo que declarar todo lo que sé sobre Descartes y su relación con Hume en un folio ante el profesor, y para ello me estoy preparando. Espero tener una buena coartada con todos los detalles bien pulimentados, y que no se me note el plumero. Más que nada, porque no tengo mucha pluma. ¿O sí?

Esta última pregunta viene al caso de lo ocurrido hoy. Lea, en el salón de actos, mientras el profesor correspondiente nos ponía la tanto de las novedades respecto al crucero y a la graduación, con cena y noche de discoteca incluída; me contó algo por lo bajo. Por lo visto, el mijeño guapo le contó la otra noche que yo a veces le parecía gay, pero que otras no, que andaba confuso. Quería que ella le dijese si yo lo era o no... y ella pues le dijo que no sabía. Esto es curioso... porque con el mijeño cada vez estoy más tiempo, la relación se estrecha más. No es que sea nada del otro mundo, ya ves, no le cuento nada a él, pero sí que solemos estar juntos siempre, hablando de cualquier cosa, haciendo el payaso, riéndonos de nosotros mismos. Me sigue el rollo a mi y yo se lo sigo a él, lo que crea situaciones un tanto extraña. Por ejemplo, cierto día tan solo me llamaba diciendo "precioso", y yo le respondía con un "bombon" o "bombona". Tonterías, pero que dan qué pensar. ¿Y si él es gay? ¿Tal vez?. Lo dudo mucho, porque no le pega para nada. Siempre ha hablado de tías y tal... ¿pero podría ser, no?. En fin, quién sabe, tampoco me interesa mucho a mi saberlo. Ya no, que mi corazón pertenece a otro ^^ ¡Además, tan guapo no es el mijeño, leñe! :P

Hoy me ha podido decir eso Lea porque ha venido a clase. Ayer también vino, pero solo unas horas, a hacer un examen. Una cosa curiosa pasó con ella este fin de semana. El sábado, después de ver "El curioso caso de Benjamin Button", salí con ella, Alicia y la lesbiana. La primera se había comprado una baraja de tarot de Luis Royo, y las dos siguientes estuvieron ojeándola. Cuando Lea se fue, la lesbiana se acercó a mí y me preguntó que si le había pasado algo a mi amiga. Me juró que había sentido que Lea tenía problemas en casa, que se rallaba mucho, tan solo al tocar las cartas. Desconocí la causa, se lo dije, y no volvimos a hablar del tema. A la lesbianita le gusta mucho este tema, pero en plan bien, no hace cosas raras, simplemente por curiosidad aprendió. Lo fuerte es que al día siguiente, osea, el domingo, Lea me llamó por la tarde. Estaba llorando. Se había peleado fuertemente con la madre, se había escapado de casa y no quería volver. Pensaba pasar la noche en la calle, en cualquier portal, estudiando para un examen el día siguiente, ya que seguiría yendo a clase aunque no viviese en su casa. Empecinada como estaba ella ante mis insistencias de que retornase, me cansé, y poco caso le hice. Más que nada, porque conocía a Lea, y sabía lo que iba a pasar. Lo fuerte es que la lesbianita, en efecto, acertó de pleno. Lea había discutido un poco el sábado con la madre y al día siguiente llegaron al colofón. Es fuerte, si tenemos en cuenta que la lesbianita era la primera vez que veía a Lea... Así que algún día le diré que me tire las cartas, a ver si acierta algo... ¡pero que me diga solo las cosas buenas!

Sabía que Lea iba a volver. En efecto, a la mañana siguiente, lunes, apareció por clase antes del recreo. Le pregunté sobre la noche anterior, y me dijo que no quería hablar del tema. Entonces le pregunté a Azul, una muy amiga suya, y ésta me contó que había vuelto a casa al anochecer.... porque tenía frío. Tan iracunda y decidida que estaba Lea cuando me llamó que ni tuvo en cuenta la realidad, que de ninguna manera podría pasar la noche afuera. Por mucha rabia que tuviese, habría de resentirse al final. Eso mismo hizo, y por ello no quiso decirme qué le había pasado. Porque su orgullo estaba herido, me había prometido que no volvería a casa y yo había pasado del tema. Porque yo, una vez más, había tenido razón, y no me había alarmado de sus amenazas ciegas. No me gustan nada las personas que se mueven por impulsos de esa manera... al final no terminan bien. O sí, puede que terminen bien, pero de la peor manera, y pasando por lo más difícil hasta llegar.

Apesadumbrado, he de seguir con Descartes y con Humes. No sabría decir cuál me cae mejor. Descartes, me parece, he leido una parte de su "Discurso del método" y me gustó su manera de expresarse.

¡¡Un besazo a todos!!

Foto: la carta de la muerte en la baraja de tarot de Luis Royo (para el que no lo sepa, es un dibujante muy famoso)... con esa baraja, que tiene los mismos elementos de las barajas españolas más esos especiales de tarot, estuvimos jugando a un juego que me enseñó Lea muy gracioso...