martes, 3 de junio de 2008

Enfermo



Así me he levantado hoy...

Ya anoche estaba mal, me dolía la garganta una barbaridad, y empezaban a picarme los ojos y a dolerme la cabeza... nada más cenar, me duché rápidamente y me acosté, aunque al no poder dormir estuve leyendo Un mundo sin fin hasta la 1 y pico.

Y hoy me levanté a las 8 menos 10 como siempre, cogí la botella de agua, bebí un sorbo... y la garganta me estalló en dolor. Intenté levantarme, pero me costaba, tenía el cuerpo muerto de cansancio, hasta que pude ir al salón donde estaba mi madre desayunando. Le intenté hablar... y no pude! Tenía una carraspera enorme, y me dolía mucho al intentarlo... así que me dijo que no lo intentase más, me llevó a la cama, y me dormí de nuevo. Ese momento lo recuerdo como un sueño así que no tengo una memoria muy nítida de lo pasado (bueno, al igual que la mayoría de las mañanas...).
Sobre las 11 me volví a despertar, mi madre vino y en seguida me dijo que iba a salir con mi hermana a buscarle ropa. Ya si estaba más lúcido, pero todavía no sabía qué diablos hacía mi hermana sin ir a clase, y saliendo a buscar ropa... Pero ya me lo dijo después, cuando desayuné y me llamó... es que ya lo tenían planeado, como es final de curso, mi hermana iba a aprovechar hoy para hacer unas shoppings.
Desayuné lo que siempre desayuno cuando estoy malo... donuts y batido de fresa. ¿Por qué será que a mi madre solo se le ocurre comprarlo cuando ve que estoy enfermo?

Ahora ando con los pelos alborotados, con una camiseta y pantalón viejos, una cara que da pena y un dolor de cabeza que acrecienta por momentos, aunque ya puedo hablar más. Estoy haciendo algo que no hacía desde el verano anterior, o desde la última vez que estuve enfermo... ver capítulos atrasados de Lo Que Surja. No sé qué tiene esa serie, que me encanta... quizás porque sea hecha por aficionados gays para un público gay... o quizás porque es más fácil que ver que Queer As Folk, ya que está en su página oficial.


Ya he estado así muchas veces, y sé que tener la cabeza para estallar, dolor de garganta, ojos rojos, sequedad en la boca, cansancio interminable... es señal inconfundible de que... tengo amigdalitis. Una vez más, los estreptococos se ensañaron contra mi débil garganta...

Por alguna razón extraña, una o dos semanas al año las paso con las amígdalas hinchadas encerrado en mi cama, sin poder moverme, con fiebre extrema y atacado de los nervios al ver que pierdo clase, y esperando a recuperarme pronto, pues odio las inyecciones de penicilina.

Ahora me llaman para comer... una sopa calentita, como siempre... la empezaré a odiar dentro de poco, he de buscar alternativas...

Un beso a todos, o al que quieras, aunque la amigdalitis no es contagiosa!!!

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