miércoles, 13 de agosto de 2008

Bienvenido a la república independiente de mi cuarto.


Con el pijama todavía, unas chanclas cualquiera, ojos legañosos, pitidos en los oídos y mi celpa negra en el pelo, así estoy ahora mismo. Y es que hoy toca mañana de limpieza, entre pasada y pasada con el trapo voy escribiendo éstas palabras, así que ya qué importa mi aspecto, si no me va a ver nadie, a lo sumo mi hermana, que está en el mismo estado que yo.

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Ya, estanterías encima de mi escritorio: limpias. Antes de darle a la mesa, os voy a explicar cómo es mi habitación... pues creo que nunca lo he hecho. No es muy grande, pero tampoco minúscula... es normalita. Entras por la puerta (no te aconsejo hacerlo por la ventana) y a la izquierda aparece una esquina abierta de la pared, a la derecha, medio tapado por la puerta, un puzzle de 1500 piezas de la Plaza Roja de Moscú. Nos situamos en el centro de la habitación rectangular, mirando a la ventana, es decir, de espaldas a la puerta. Ahí está la cama, con colcha verde y somier de madera, sobre ella la ventana, y a su lado otro puzle de 1000 piezas de una iglesia nevada. La ventana tiene un store de esos, de color amarillento, con una cenefa hecha por mi madre de colores verdosos. Las vistas son horribles... tras los barrotes blancos que mis padres pusieron cuando de pequeño, y ya pasaron de quitar, se ve un blanco patio interior al que no se puede llegar, y en frente el lavadero o cuarto de pila de la vecina. Debajo, a la derecha, está el señor mayor que vive con sus asistenta, el que se levanta todas las noches y se sitúa frente a la ventana (que da a la cocina), y puedo ver qué es lo que come o todo lo que hace. Volvamos a la habitación... En la cabecera de la cama está mi estantería preferida, con cinco baldas. En la primera, que es la que más cerca tengo de la cabeza, están algunos de mis libros... unos 40 libros de todo tipo, más algunas revistas y folletos curiosos, y una lámpara de pinza roja del IKEA (En la foto se ve, pinchad para ver lo que leo!!^^). EN la segunda algunos libros más y varios álbumes de fotos, en la tercera una enciclopedia y un pequeño tambor de piel de las Islas Mauricio, creo recordar. En la cuarta tengo otros dos bongos y una foto mía de la comunión (ayy, qué chiquitino!!), y en la quinta y última, un güiro de metal y un caballo de yeso pintado por mi abuela.

Ahora atacaré al escritorio y a dichas estanterías....

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Listo. Prosigo describiendo mi cuarto...
A los pies de la cama tenemos una guitarra, a la derecha, y un alto armario con tres estantes y dos puertecillas, una rellena de zapatos y la otra de cosas sin sentido (sombreros, botas de andar de toda la familia, etc). Giremos 90 grados a la izquierda, y veremos el piano. A la derecha de la pared, la dicha estantería con todos mis libros, bajo ella un pequeño mueble (lleno de almohadas) que sobresale en función de mesa de noche. A la izquierda, en la pared lateral, un gran armario, y entre ellos, el piano. Es un teclado Yamaha PSR295, bueno, pero demasiado ancho. Ocupa justo el espacio entre el armario y el otro mueble cabecera, permitiendo sólo abrir la puerta del armario unos 45 grados. Frente al piano, una silla de madera plegable que tiene sus añitos ya, y sobre él, dos cuadros de la República Dominicana y a la derecha, a la altura de la mesita de noche, varias tonterías cargadas de recuerdos (fotos hechas por mi, unas palabras dedicadas de Lea, mi regalo de cumpleaños por Kitty, un lorito con su pluma de una noche que salimos, un abanico de Sally, etc..). Demos otros 90 grados a la izquierda, y veremos el enorme armario que ocupa toda la pared. Se divide en tres secciones, (de izquierda a derecha) una cajonera, tres baldas y una puerta; dos enormes puertas de un armario central, y otro armario pequeñito (de un metro más o menos de ancho), con varios cajones. Aquí me empiezo a mosquear... y es que mis padres se han adueñado despiadadamente del armario grande, donde han puesto todos los chaquetones y trajes y vestidos... y yo me he tenido que quedar con el armario pequeñito, si, ese que tiene una puerta imposible de abrir gracias al piano. Y para colmo, los tres cajones de abajo, donde tengo mis camisetas, tampoco se pueden abrir en su totalidad, gracias a alas patas del dichoso piano. Ahí tengo que tener concentrada toda mi ropa... mientras que mis padres tienen en su habitación un armario para cada uno (uno empotrado, y otro que ocupa toda la pared opuesta, ambos enormes en los que jugaba a esconderme), y encima el armario grande de mi cuarto. Mi hermana también tiene alguna ropa aquí, y eso que su cuarto es algo más grande que el mío y tiene otro inmenso armario empotrado en la pared. No imagináis lo que jode que cada dos por tres estén entrando en tu cuarto para coger su ropa, peor cuando es muy temprano y te encienden la luz porque no ven...

Me voy a desahogar con el trapo, ahora vuelvo.

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Al final no sólo me desahogué con el trapo, sino también con otra cosa... ji...
Terminemos ya de describir mi cuarto, que parece infinito. En la pared de la derecha, es decir, lo primero que ves cuando entras por la puerta, se sitúa mi escritorio. Madera con un lacado verde, bonita, en algunas partes algo gastada, pero siempre llena de cosas. En ella está el teclado negro sobre el que escribo, y mi ratón inalámbrico, ambos de la marca Microsoft. Y la pantalla plana LG, nueva, que me encanta! Es de 19 pulgadas, y la verdad es que por una vez no me puedo quejar de ordenador, ya que también la torre es nueva! Ésta se sitúa debajo del escritorio, al lado de una cajonera llena de más tonterías. Encima del escritorio, dos estantes más, la primera con altavoces y muchos discos (casi todos piratas) y DVDs, y la superior con decoración: barquitos, una fragata dentro de una botella, una réplica diminuta de la Catedral de Santiago, un globo del mundo, etc... Vaya, tonterías que solo sirven para acumular polvo. Haciendo esquina con la pared de la ventana, tenemos el ya mencionado mueblecito con tres baldas y dos puertas, con más chismes en su interior, que pienso menguar ahora mismo. Aunque siempre me pasa lo mismo... empiezo a quitar cosas, y veo satisfecho que me ha quedado todo muy organizado y limpio. Pero miro atrás... y veo que he ido dejando todas esas cosas en la cama o en el escritorio, así que al final sólo lo que hago es trasladar las cosas de sitio, y tener que volver a ponerlas en su mismo lugar... así no se avanza! Pero bueno, limpiemos el polvo, que es lo que me han mandado.... Y también, voy a vestirme y lavarme, que ya es tarde!

Esta tarde, si tengo tiempo, habrá más, que hoy estoy inspirado y con ganas de escribir!!

Un besazo a todos!!

1 comentario:

tbc dijo...

te he dicho que no te iva a firmar.. pero buienojajaja.. he visto esto muy solo la verdad.. tu cuarto parece grande.. jeje y se tambien lo que es que tengan que pasar a tu habitacion a coger la ropa..
pero bueno ya la estan empezando a quitar porque la mia no cabe.. jejeje...
bueno yo suelo limpiar el polvo los sabados..
y como mi madre es tan sumamente ordenada no puede haber nada descolocado hasta le sienta mal si la colcha de mi cama tiene una ligerisima arruga...

y que es eso que te has desaogado.. que cerdete jajaaj..(si yo tambien lo ago que vuerguenza)
jejeje

saludos