miércoles, 17 de septiembre de 2008

Saliendo con Sally y Sarita

Bueno, también salgo con la chica tímida, pero como nunca habla, poco variará la historia si no la cuento. Salgo mucho con ellas... y están pasando cosas interesantes.

Empecemos por el principio, como de costumbre.


Anteayer estuve con ellas tres en Málaga, nos cogimos el tren de las 2 y 17 y antes de las 3 ya estábamos comiéndonos nuestro bocadillo en un banco de la estación. No me voy a parar a detallar todo lo que hicimos... solo decir que estuvimos una hora en el Centro Comercial de la estación, luego en otro CC más pequeño (estuvimos en una tienda friki, viendo comics para Sally) donde nos tiramos otra hora sentados en el suelo, haciéndonos fotos y el ridículo. Después, sobre las 5 y algo, derechitos a lo que nos interesaba: La calle Larios, el casco antiguo de Málaga, el verdadero núcleo comercial.

Una ancha calle decorada con macetones de flores, arbolitos y grandes farolas ornamentadas. El suelo enlosado de mármol, los edificios antiguos, bonitos y limpios... todo eso hace que esa calle, para mi, resplandezca, que tenga una luz muy clara, brillante y blanca. Pero lo que caracteriza a una calle, es su tránsito, la gente que lo recorre, y las actividades que a cada salto se suceden: un señor tocando el acordeón, otro la guitarra, dos haciendo un dúo de violines, un mimo, un mago, dos estatuas humanas que interactúan... siempre son los mismos, pero siempre son nuevos, mágicos, crean cada día la misma expectación. Y, en los bajos de los edificios, las ricas tiendas... que ahora mismo no voy a recitar, pues son conocidas. A destacar las heladerías, hay muchas, y centenarias. Atravesamos la larguísima calle, llegamos a una plaza, tiramos a la izquierda y, pasando la Iglesia del Sagrado Corazón (preciosísimo neogótico), llegamos a nuestro verdadero destino: Las 400 Gallinas.

Las 400 Gallinas...  por el nombre, nadie imagina lo que es... pero en Málaga es super conocida. Es una tienda, una tienda pequeñísima, diminuta y alargada, pero siempre abarrotada de gente. En las dos paredes y en el techo, miles y miles de chapas de metal, pulseras, collares, pearcings, lazos, gomillas, pegatinas, etc, etc, etc... Muchísimos complementos, todos pegados en las paredes y el techo, llenándolas, siendo imposible saber el color original de éstas. En la pared del fondo, un pequeño mostrador, y de fondo música rock de los 80. Es la típica tienda donde puedes encontrar de todo... perfecta para los pijos, los heavies, los emos, los góticos, los normales, los rockeros... para los que no tienen nada que ver, pero quieren regalar un detalle... perfecto para eso, además, a muy buen precio. Pero lo famoso de allí son las chapas. Hay cientos y cientos, miles probablemente, de chapas de todos los tamaños y colores... con mensajes, sin ellos, con nombres propios, logotipos de marcas, señales, nombres de grupos, signos famosos. Estuve tentado a comprarme el de A-Style (ya sabéis, el de la A con dos puntitos, que parecen dos personas enculándose), pero al final me decidí por el logotipo de los Red Hot Chili Peppers y por otra negra, con una estrellita y escrito ZERO arriba, muy mona.

A la salida, pasamos por una heladería, y estuvimos paseando, viendo a unos skaters muy monos y hábiles. A la vuelta a la estación, me di cuenta de que había perdido mi chapa de ZERO, mi preferida... y, sorprendentemente para mi, Sally me regaló la que se había comprado de CONVERSE. Volvimos a la estación, ticket en mano, y entramos en el tren. Allí, Sally me dejó un comic que se había comprado, y me lo leí entero en 20 minutos, mientras ella se recostaba en mi hombro para descansar. ¡Pero qué mona es! Poco más decir de ese día, que de vuelta en el tren vimos un precioso anochecer tras el cristal. El viaje en el Cercanías se fija como ruta obligada para cuando venga eGeo, que vendrá algún día (rezo por que sea pronto!)


Con éstas chicas, Sally, Sarita y la tímida, salgo mucho... todos los días quedan, y siempre me llaman... así que las veo casi todos los días. Ayer por la mañana quedé con Sally para ir a comprar material para el instituto, nos encontramos con Sarita y se nos enganchó. Entonces fuimos a ciertas papelerías, a los chinos, y finalmente terminamos apoyando en una pared haciendo pulseras. Me compré cuerdas de plástico en el chino, que eran malísimas, pero suficientes para enseñarles a hacer pulseras, como aprendí en Alemania hace tanto tiempo. Son feas, infantiles, y no quedan bien pues no son suficientemente largas (yo las tengo en el llavero)... pero el detalle es lo que importa, así que ya le he hecho una a cada una. 

Esa misma tarde me dijeron de quedar en el parque sobre las 6. Pero ayer después de comer no estaba yo muy bien, por ciertas cosas, y me dió un repentino bajón. Y, una vez más, eGeo estuvo allí para animarme y para volverme a hacer sonreír. [[¡Muchas gracias, mi cielo, eres el mejor amigo que podría tener!^^]]. Tras la horita de charla telefónica correspondiente, decidí salir al parque donde estaban y visitarlas, pero antes tuve que chatear con Milú media hora, que estaba esperando pues yo me había enganchado al móvil y pedirle disculpas alegando que no tenía un buen día. Ya varias veces le he dicho eso... y es que cuando estoy mal, no me gusta estar en el ordenador, o hablo poco por msn... pero como ella siempre está ahí empezando nuestra conversación es eterna y continua, muchas veces me nota distante, se empieza a rayar, y ya me insinúa que si no quiero volver a hablarle, que si me he olvidado, que si me aburre, etc... Hasta que le he tenido que decir que estaba mal... pero claro, nunca le he podido decir las razones. Es un lío tremendo... si no le hablo, se queja, y le tengo que decir la verdad, que estoy mal... pero entonces, como no le puedo contar nada, dice que no tengo confianza con ella. Ojalá supiese todo lo que me pasa, pero sin tener que contárselo!! Y lo de enseñarle la dirección del blog... no, aún no. Ni ella, ni yo, estamos preparados.

Bueno, sigo... tras hablar con ella y conseguir que se tranquilice, sobre las 7  me fui al parque con las tres chicas. Allá estaban, Sally haciendo malabares con mazas, y las otras dos viéndola. Me senté con ellas, saqué mis cuerdas, y estuvimos haciendo pulseras, charlando y riendo un largo rato, en el que Sally en ciertas ocasiones me insinuaba algo sobre mi doble y yo. En cierta ocasión, Sarita me preguntó la causa de por qué no había ido... y le dije que era porque necesitaba estar solo, pues no llevaba un buen día. Entonces se preocupó, pero no quiso preguntar mucho más, vería que yo no estaba por la labor de contar mucho, pues seguía algo afectado.

Pero cuando se fue la chica tímida, y salimos del parque ya de noche, Sally y ella volvieron a preguntarme... y ya les dije que estaba algo deprimido, tenía mi día de bajón, pero ya se había pasado... entonces empezamos a hablar de las depresiones. En la esquina de la calle, iluminados por una farola, los tres reunidos nos contamos que cada uno habíamos sufrido una depresión, que habíamos sufrido y que ciertas cosas aún nos hacen rayarnos. Sally fue la única que lo contó todo... sobre un chico, y sus historias con él. Sarita, no contó mucho, solo dijo que eran por tonterías... pero creo que tiene que ver con su autoestima y con su vida familiar. Y yo... yo si que no conté nada. Les dije que había sufrido mucho, y que me habían pasado cosas que superaban a las experiencias de las dos... ellas me avisaron amablemente que si quería contarlo, que lo hiciese, pero que no me viese obligado a ello, aunque a ellas les preocupaba porque querían verme bien. ¡¡¡Pero qué monas son!!!. Nos pusimos algo serios, "filosóficos", hablando con profunidad y de cosas interesantes... ¡me encantó!. Tras media hora o más, cuando llamaron a Sarita para que volviese a casa ya, pues había perdido su cena, nos fundimos los tres en un gran abrazo. Estábamos algo conmocionados... sacando lo más profundo de cada uno, confesando lo más superficial de sus secretos... llegué a decirles que si, que llevaba mal desde hace 3 años por culpa del amor... pero no por alguien, sino por nadie... es decir, por la falta de alguien. 

Me gustó esa conversación nocturna, me encantó, me sentí muy compenetrado con ellas. Pero, lo malo, que dentro de poco me veré obligado a contarles todo... y no sé verdaderamente cómo empezar. Supondrán que soy gay... pues me dijeron que les contase lo mío cuando yo quisiese, que no me forzarían... osea, prueba irrefutable de que lo saben. Pero es que me cuesta horrores confesarlooooooooo.....

En fin, ya se verá cómo va todo. Por lo pronto, esta tarde me voy de nuevo a Málaga... en esta ocasión, con mi grupo de clase... a ver como va la cosa! Aunque sinceramente, no tengo ningunas ganas... pero bueh, hay que cumplir!


Un besazo a todos!!!!! ^^

PD: Hombre de papel en la Calle Larios... foto hecha por mi, of course ^^

1 comentario:

eGeo dijo...

Así da gusto tener amigos, con los que te puedes abrir y contarles no todos tus sentimientos en profundidad, pero sí por encima. Y así, ayudandose unos a otros, coger más confianza y crecer como personas.
Crece, cariño, yo seguiré aquí SIEMPRE e intentaré que en un futuro crezcamos los dos juntos.
Qué ñoño me ha quedado :) mil besos tesoro!!