sábado, 11 de abril de 2009

Se acabó lo que se daba- Kusadasi, Bodrum y Rodas.



La segunda noche a bordo la pasamos ya navegando por el pequeño Mármara, con ese leve balanceo característico. A las 8 estábamos ya en pie, rápido pero opíparo desayuno, lavado de cara y con mochila a la espalda, listos para conocer Éfeso. No me defraudó, era más de lo que esperaba. Enorme, una multitud de ruinas milenarias entre las que podíamos vaguear y descubrir lugares nuevos, aunque, claro está, haciéndonos paso entre las hordas de japoneses con sus cámaras profesionales. ¿De verdad todas las personas que veo con cámaras réflex le dan un buen uso artístico, explotan todo su potencial creativo? Porque me parece en muchas ocasiones que soy el único entusiasta en esto...

En Éfeso, a unos kilómetros de Kusadasi, que era el puerto en el que parábamos, hacía calor, un calor que se repitió en Bodrum y Rodas. Bodrum, resultó ser una simple escala en el trayecto en un pueblo cualquiera, sin mucho que observar, un pueblo bonito, sin duda, pequeñito justo a la vera del mar, pero poco más, aunque antaño fuera la gran Halicarnaso, con su famoso Mausoleo ya desaparecido. Allí hicimos la mayoría de las compras: camisetas, figuritas, pins, azujelos, libritos, sobre todo cachimbas (o narguiles), de las que no compré, ya que no me gusta fumar (he probado a fumar en una cachimba, y no me disgustó, solo que tampoco le veo ningún interés). Encontré una tienda fabulosa, hecha a mi medida: camisetas de todo tipo sobre héroes de la ficción, o personajes tales como Bob Esponja, The Simpsons, o los de Nightmare before Christmas, al igual que muchas figuritas de los mismos. Allí me agencié dos camisetas, una para Lírika y otra para Sally, a ambas les encantó... y ahora me arrepiento de no haberme comprado yo otras tantas para mí, ya que estaban tiradísimas. Eso es lo bueno de allí, que todo es muy barato, absolutamente todo... lo malo, que en la mayoría de las ocasiones, lo que compras es falso, por ello es barato, a excepción de las compras que yo hice.  

Otro día más en barco, después de la mañana en Bodrum fue la primera y única vez que disfruté de las piscinas del barco. No me llegué a bañar, porque yo para eso tengo que tener mucho calor, aunque sí tomé el sol como Dios manda. En el barco había gente de todo tipo, desde ricos, hasta personas de más baja condición, como éramos nosotros. Había gente guapa y simpática, muchos gays como los de la universidad de Murcia, y también palurdos de otro instituto que nos acompañaba, de los de la Málaga profunda, como los denominaba Paco. De todos ellos, tan solo se salvan dos, uno que era descaradamente gay, que no paraba de echar el ojo por ver si pillaba cacho con alguien, que poco consiguió (yo también le tenía echado el ojo a él, aunque nada más que por curiosidad), y otro al que si que no le pude quitar la vista de encima, y no precisamente por que pareciera gay, sino más por su parecido físico. Era el mismo, clavadito a él. ¡Era el doble de eGeo, de mi novio!. Hasta dos personas más pudieron corroborar que la misma persona que se nos ponía delante era clavadito a la foto que me había pasado mi novio una semana atrás, con el pelo corto de hace dos años. Ni su nombre pude adivinar, se mostraba muy esquivo. Pero tenía algo, algo en su mirar, en su forma de moverse, en su alta y delgada figura, que me recordaba mucho a él. Por ello se me iba la mente volando, mil suspiros escapaban de mi pecho y un corazón se estremecía cada vez que pasaba cerca, pues era la vez que más cerca me había sentido de mi novio en muchos meses, por ver a alguien parecido y por navegar sobre un mar que lleva su nombre. Lo perdí de vista y ni por el tuenti lo encuentro. En fin, quizás solo fue un fantasma que vino a recordarme con más exactitud aquello de lo que pensaba tanto.

Al día siguiente desembarcamos en la también calurosa Rodas, capital de la isla del mismo nombre, tan conocida por el Coloso, sexta de las Siete Maravillas que presidió el puerto en la antigüedad. Habíamos dejado ya Turquía, y con ello Asia, y habíamos pasado a mi Europa querida, a la Grecia desconcoda, en un cambio que al principio pasó desapercibido, pero que enseguida se hizo patente... más que nada, por el lenguaje. El centro era encantador, todo un pueblo medieval, de casas de piedras que atestiguaban toda la historia que por sus calles había rodado. También de compras, visita a algún museo, y vuelta al barco. Había que llegar a Heraklion, que se encontraba bastante lejos y por ello necesitaba un largo trayecto. 

Por ahora, el viaje iba perfecto, aunque poco a poco se iba acercando, lamentablemente, su fin. Una pena, una verdadera pena. 

¡¡Un besazo a todos!!


PD: Tenía pensado volver el domingo por la tarde, pero ya que ha muerto el tío Juan, alguien cantaor a quien apenas conocí, he tenido que volverme el viernes a Fuengirola, aunque hoy Sábado ya esté en casa de Martin pasándolo bien en mis verdaderas vacaciones. ¡El lunes, más y mejor!

PD2: Foto de Bodrum... poseía un Mausoleo, también una de las Siete Maravillas del Mundo, pero al ser destruída utilizaron sus restos para crear este castillito tan mono que había.

3 comentarios:

Bo Tare dijo...

Huy, sí que sabes aprovechar tus salidas del país, gatito, jeje. Me gusta. Y muy curioso lo del chico que te hacía recordar al asturiano exiliado... que cosas... eGeo esta en todas las partes, o más bien, le tienes en todas partes, eso es buena señal, ya queda menos para que deje de aparecer como el doble de alguien, fantasmagoricamente y os veais en persona de nuevo :D

Besos málagueño

Anónimo dijo...

Curioso eso del doble de eGeo en el mar Egeo. Que pena que no pudieras saber más de él.

Lamento la muerte de tu tío.

Una abrazo,

Josep

Anónimo dijo...

Hola, Gato:
Hace meses desde que no visito tu blog, y es que yo misma he tenido que iniciar uno nuevo para mí, por problemas con Internet y cierre casi accidental del anterior. Acabo de leer los posts que me he perdido. Me encanta éste último; los lugares que has visitado están en mi lista de "zonas a las que viajar en un futuro". Estoy segura de que ha sido muy bonito.
Besos.