Llamada de Adán

Se ve que Adán escuchó mis risas de ayer...
Anoche, mientras veía el Internado (estoy viciadísimo, cada día está más guapo Marcos, oséase, Martiño Rivas!!!), ya recién duchado, con el pijama y los pelos alborotados, y esperaba a que Lea me llamase al fijo para charlar un rato, mi móvil empezó a vibrar, al ritmo de Take on me, de A-ha, (una de mis favoritas, como ya dije). Pensé que sería ella, pero pronto recordé que nunca llama desde su móvil a no ser que haya catástrofe mundial, o algo parecido. Era Adán, y me sorprendió, no lo esperaba.

Salí casi corriendo hacia mi cuarto, cerré la puerta, y se lo cogí. Venía como corriendo, estaba muy excitado. Nada más descolgar, con voz muy excitada y emocionada, parecía que estaba corriendo (no malinterpretar la frase... porque más le vale que no haya sido así!!), me dijo que si me podía bajar al portal de mi casa. Alegaba que necesitaba verme y demostrarme que me quiere de verdad, que no entendía por qué pasaba de él tanto (juas, la táctica de pasividad funcionó), y que lo quería arreglar...

Lo sentía por él, pero en ese momento no iba a bajar. Más que nada porque eran casi las 12 de la noche, estaba con mi pijamita (que normalmente me lo pongo justo antes de acostarme, pero esta vez hice la excepción...) y mis padres no me habrían dejado ni loco... Pero tampoco iba a bajar, porque tenía miedo. No tenía miedo a lo que pasase... tenía miedo de que él apareciese una vez más a destrozarme como siempre mi alegría, y encima ahora que experimento este subidón en éstos días... no quería volver a sentirme una mierda por su culpa, pues es lo único que ha conseguido en mi.

Total, que le dije que no podía, que lo sentía por él, pero que me era totalmente imposible. Se quejó, y le contesté que yo había esperado más de un año y medio sin rechistar, así que si de verdad él deseaba algo, sería capaz de esperar una noche más. Me dijo que entonces nada, ya algo más apagado, y me colgó.

Pero claro está, si vuelve a irse por las noches a Málaga capital, a San Andrés, a Torroles y a toda esa zona gay de la Costa del Sol con sus amigos y exs, vuelve a faltar a clase por la resaca y porque no le sale de sus no-tan-santos cojones, difícilmente lo podré ver. Parece que ha abandonado el curso, ya ni le interesan los estudios, solo piensa en emborracharse, y últimamente en clase, las pocas veces que hablaba, estaba más salido de lo normal... y eso que él lo es bastante...


Lo pienso bien, y quizás sea mejor así. Dejar las cosas como están, que no vuelva a insistir, que si desea algo, que lo desee y que lo demuestre, pero yo estoy muy bien tal y como estoy ahora. Vale, sigo muy solo, y sigo sintiendo ese vacío inmenso cada vez que Kitty y su novio, o Julián y Lola, y otras parejitas de clase se besan ante todos y se dan mimitos... pero eso lo ha sentido todo el mundo alguna vez, y no puedo hacer nada contra ello.
Ahora, como antes nunca he creído, veo que algún día vendrá algún amor, aunque sea lío de fin de semana, pero que llegaré a dar rienda suelta a mi corazón y a la pasión que guarda; sea tarde o temprano, pero llegará.
Más que nada lo creo porque por una vez en la vida, me gusta lo que me devuelve el espejo.

Pero también, para qué negarlo, sigue escondida la esperanza de que al final todo salga bien con él, que sea feliz a su lado y que seamos el uno para el otro... siendo todo lo pasado hasta ahora una serie de malentendidos que nos ha confundido a los dos. Aunque, como digo, esta esperanza va despareciendo paulativamente, pero por una vez no da paso a la desesperación ni a la tristeza, solo a un nuevo horizonte que amanece.




Estoy sorprendido, porque a pesar de todo, tengo ganas de vivir ^^

Un beso a todos!! ^^

Foto: Amanecer a la vuelta del camping en Alicante, el año pasado.
El primero es Marcos del Internado, lógicamente.