sábado, 28 de junio de 2008

Compras, piscinas, paseos y cumpleaños - Noche

Y a mi destino llegué.



Seguí con la moto desde mi casa hasta el castillo, pasando por mil calles por las que nunca había estado, incursionándome en Mijas, y llegando al fin al paseo marítimo que sigue al otro lado del río. Eso es una putada, porque el río corta de repente el paseo marítimo, por lo que para pasar con la moto o el coche por donde sigue, hay que rodear por mitad de Fuengirola, pasar detrás del centro comercial y cruzar el puente de la autopista, ya que por el puente no se puede.

Estaba ya en el otro lado, y seguí con la moto mucho más, dejando atrás todos los parques del castillo y el inmenso hotel que han levantado allí. Cuando ya acababa el empedrado del paseo, vi las motos de los demás, así que allí dejé mi Vespa. Se escuchaba algo de música... y allá, tras un chiringuito abandonado, estaban todos bajo una pequeña carpa blanca, con varias mesas y sillas. Me acerqué, y saludé a los que conocía... es decir, la cumpleañera, Kitty, Alba, Andrés (el novio de Kitty, recuerden), y poco más. El resto eran chicos de 2º de Bachiller, antiguos compañeros de clase de la anfitriona, y sus amigos de siempre... verdaderas bellezas masculinas, todo hay que decirlo! Mientras sonaban grupos de rock españoles de ahora, íbamos a las mesas a tomar algo, sándwiches, todo tipo de bebidas, tortilla, patata... el cátering no estaba nada mal, pues eso fue lo que cenamos en toda la noche.

Al poco tiempo, llegó Marcos con Azul, y ya estábamos todos... en ese momento, le dimos el correspondiente regalo a la cumpleañera, que le encantó, la emocionó de veras. La regalada aseguró que era el mejor regalo de todos, a pesar de que no costase casi nada, pero que le había impresionado y gustado como ninguno. Y es que era un buen detalle, para qué negarlo... qué orgullosos estábamos! Es una persona a la que se le coge cariño inmediatamente, tienes ganas de abrazarle y de verle feliz y contenta, algo tendrá por su forma de ser que quiere a todos y por todos es querida. Le deseo lo mejor, sin duda... es una chica entrañable!

Aunque, a decir verdad... su fiesta no fue muy buena. No había ánimos... había música, comida, bebida, una noche oscura en la playa todos los amigos... pero faltaba esa chispa. O será que ése no era mi día... pero me pareció que nadie se animó lo suficiente. Estuve con mi grupo sentado en la arena y hablando de todo un poco, también salí a hacer fotos por la orilla del Mediterráneo (algunas preciosas), tonteé con Azul un rato más y posó para mi... también le dejé mi cámara a la ya mayor de edad, pues le gusta la fotografía y el vídeo, y le encanta coger la mía y hacerle fotos a la gente. Y mejor, así me quita trabajo, porque no me gusta ir en plan BBC... ya sabéis... Bodas, Bautizos y Comuniones, fotografiando a todo el mundo, pero claro, sacándolos guapos!
Y volvió a pasar... Andrés pasó de Kitty una vez más. Sobre la 1 y algo fui a hablar con ella... y no estaba bien. Tenía los ojos hinchados de nuevo, y el rímel corrido. Me la llevé un rato lejos, y estuvimos hablando... Andrés no le hacía ni caso, estaba mucho más con Alba que con ella, lo que hacía que se sintiese mal, muy mal... y peor me sentía yo, porque ya empezaba a decir que no él no le quería, o cosas por el estilo. La intenté convencer, insistí mucho para que nos fuésemos de allí, ya que lo estaba pasando mal, que fuésemos lejos, a la otra punta de Fuengirola, a hablar tranquilamente... pero no quiso, simplemente deseaba irse a su casa. Sabía que eso no era bueno, y ella también, ambos sabíamos cómo acabaría la cosa... pero no hubo manera de convencerla. Qué cabezona es la gente, cuando tiene la solución al alcance de la mano, pero por la afición que se coge al sufrimiento, no son capaces de cambiarlo!

Así que sobre las 2 menos 20, nuestro grupo se despidió de la cumpleañera y de todo el mundo, dándole las felicitaciones, y cada uno en su moto se dispersó a casita. Intenté volver a decir que nos fuésemos todos a alguno de nuestros pubs preferidos, porque estábamos despiertos, la noche era joven, y teníamos dinero... pero Kitty ni quiso. Y mira que me dio coraje, pero todos se fueron a sus casitas. Yo no pensaba malgastar una noche así... de manera que seguí con mi moto, dejando atrás el portal de mi casa. Me habían dejado hasta las 4... así que tenía algunas horitas libre.

Seguí con mi moto por el paseo marítimo, a toda velocidad... bueh, a 45, que es lo máximo que llega... pero suficiente. No había ningún coche, poca gente, algunas zonas sin farolas, la carretera perfecta... y el viento dándome en el cuerpo, sentir como la camiseta se me pegaba por delante y bamboleaba por detrás... el aire en la cara, cerrar los ojos, no escuchar nada, solo el aire pasando por mis oídos a toda velocidad...... libertad, tranquilidad, paz, armonía.... lo necesitaba!
Tenía que organizar mi mente... pensar... pensar en neo, y en las nuevas personitas que había conocido... replantearme todo, y volver a estructurar mi cabeza. Necesitaba un momento de soledad...

Llegué hasta el final del Paseo Marítimo, donde está la inmensa roca en mitad de la playa, y allí me senté. En lo alto, contemplando el mar, viendo a una familia de pescadores haciendo lo propio con sus cañas, sin que nada más que sus leves voces y el sonido de las olas al romper quebraran el imperioso silencio. Y yo, con mi cámara en mano, listo para fotografiar todo, pues me sentía inspirado.


Le di una llamada perdida a Kitty, y otra a eGeo, creo recordar... pero al ver que nadie contestaba, me bajé de la roca, me fui a la moto, y salí lentamente en dirección al centro. Al poco tiempo noté cómo mi bolsillo vibraba, paré la moto en un aparcamiento vacío, y cogí el móvil. Era Kitty... lo sabía. Sabía que me llamaría. Y acerté totalmente, había predicho cómo estaría... Me pasé más de media hora en la oscura noche hablando con ella, consolándola, pues no dejaba de llorar. Conseguí animarla, una vez más, y todo pasó. Terminó riendo conmigo, decidida a hablar con él y arreglar las cosas de una vez por todas, de nuevo con ánimos. Pero, como siempre me pasa cada vez que ayudo a alguien... terminé llorando yo. No le dije nada, no me escuchó sollozar... pero lloraba.

Es curioso... es como si le proporcionase mi fuerza, si intercambiásemos los estados de ánimo, yo te doy mis ganas de vivir, y tu dame tu tristeza, que no importa, solo quiero verte feliz... pero no puedo evitarlo

Me colgó el teléfono, me sequé las lágrimas... y vi cómo dos figuras se acercaban a mi. Dos chicas, jóvenes, guapas, aburridas. Se presentaron y me preguntaron la edad, el nombre, de dónde era, etc... Cuando ya me dijo una de ellas que le gustaba mi pelo y que quedaba muy mono en la moto, vi por dónde iban, cuáles eran sus intenciones. Se interesaron por saber si tenía novia... les negué. Me preguntaron si me gustaba alguna chica... volví a decir que no. Y entonces ya, viendo que asentían y que la cosa se ponía "peligrosa", les dije que es que a mi no me gustaban las chicas, con una pícara sonrisa en la cara. Y qué cara pusieron ellas! Rápidamente dijeron que lo entendían, que lo respetaban, y que ya lo habían imaginado, pues se me notaba... ay, que bueno!! Estuve un rato hablando con ellas de tonterías, ya se les veía menos lanzadas ya que no podrían conseguir nada de un homosexual... aunque confieso que si hubiesen seguido, me habría animado, quién sabe??? En ese momento me daba igual todo... les dije que era gay, sin asegurarme de si son amigas de mi hermana, o algo por el estilo... poniendo en peligro mi intimidad, pero qué más da?

Al menos, esas dos chicas guapas consiguieron hacerme dejar de llorar.

Volví a mi casa en la moto, con los ojos todavía húmedos, porque no del todo lo consiguieron. Al llegar a mi cuarto, empecé de nuevo a derramar lágrimas... pero bueno, eso es mi historia de siempre...

Aquí acaba (el día 17 de Julio estoy escribiendo ésto, increíble...) mi relato de tres partes del mismo día... un día en el que pasó exactamente de todo. Me gustan los días de verano así...


Un besazo a todos!!!

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