martes, 15 de julio de 2008

Entre viñas - Parte 1

He tardado más de 10 minutos en escribir esa última palabra del título, "preparativos". He sido lento porque no me acordaba al principio, pero también porque sigo ocupado haciendo cosas. Pilstarco me habla por el msn, mi madre me grita desde el baño que mire a ver lo que le pasa a mi gato, que no para de maullar, y tengo la habitación a medio barrer... pero me tengo que poner las pilas y escribir todo lo que pueda YA, pues a las 8 me piro, y antes tengo cosas que hacer, como pasar las fotos y clasificarlas!! Así que ya comienzo...

El viernes por la noche estuve chateando con Ariadna de temas varios... y de repente tuve un impulso, me fui al tuenti, y agregué al semi-diosito, mandándole un mensaje. Simplemente me decía que lo había visto en lo de OT, y que si me agregaba él a mi. Y, por lo visto, me ha aceptado... aunque claro, poco mérito tiene, si vemos que tiene 350 amigos en el tuenti... está toda Fuengirola encaprichado con él, o qué?? Bueh, en fin, lo hice, ya sabe de mi existencia... claro está, si se dignó a mirar mi perfil y mis fotos... si no, difícil lo tengo.

De repente, a las 12 en punto, mientras hablaba con ella, sonó mi móvil... eGeíto me llamaba, bien! Y estuvimos charlando y charlando una vez más, llegaron mis padres, se acostaron, y nosotros continuábamos enviando señales de voz a distancia por nuestros emisores-receptores de onda... Mis padres esa noche salieron a cenar con unos amigos... pero llegaron demasiado pronto, sobre la 1! Me vieron con el aparato al oído, así que no dijeron nada, solo que no tardase mucho en dormirme, cerré mi puerta, y continué con él. No recuerdo bien hasta qué hora... las 3, quizás... pero si, varias horas colgados del teléfono estuvimos. Las pasé divinas, como siempre que hablo con él... pero por alguna extraña razón, mi garganta se empezó a resentir. Tenía que hablar muy flojo, casi susurrando... y no sólo porque mis padres nos podían escuchar, sino porque no podía forzar la voz. Pensé que era cosa de ese momento... pero qué equivocado estaba! Lo colgué ya a las tantas, estuve un rato escuchando la radio, y me quedé fritito.

A las 9 entraron a golpe de tambor en mi habitación, despertándome a propósito. Entonces, me di cuenta de que lo de la otra noche fue poca cosa... me refiero a lo de la garganta... no podía hablar! Ni pronunciar palabra, o estallaba dolor... así que mudito me levanté, me cambié, me duché, y con mi familia salí a comprar un mueble al Aki, un centro de bricolaje y demás, para llevarlo a Torre del Mar... Sobre las 12 ya estábamos en carretera, mi padre en su todo terreno con el embalaje, y mi madre en el otro coche con mi hermana y yo. Está aprendiendo a conducir de nuevo y a desenvolverse por carreteras exteriores... y aunque se pone de los nervios y nos pone atacaítos a los demás, lo consigue. Dejar las cosas en la casita de Torre del Mar, coger el coche de nuevo ésta vez conduciendo mi padre (el 4x4 se quedó allí), conducir hasta el pueblito perdido de la mano de Dios donde fuimos, bajarnos, saludar a todos, e irse mis padres, fue lo que pasó durante la mañana hasta la hora de comer.

Conforme se fueron mis padres, empecé a observar. Estábamos en una casa antigua, bajo un techo antiguo, pisando antiguo suelo dentro de un antiguo pueblo. No es tan antiguo, porque por la Axarquía hay muchos más viejos, con laaargas historias. La de éste pequeño pueblo, pequeñísimo, de unos 1500 habitantes en toda la comarca (que es enorme), así que muchos menos en la localidad, su historia, es muy simple. Se consolidó como pueblo en el siglo XVIII, a partir de las casas que ese establecieron alrededor de una venta como otra cualquiera. Fue prosperando poco a poco... pero no lo consiguió, ya se ve, es difícil hacerlo hasta destacar. Pero eso es bueno... porque pasear por allí es una maravilla. En un típico pueblo blanco, como les llaman, los niños juegan en la calle toda la noche, los ancianos siempre están en la puerta de la vieja venta que aún sigue en pie, el centro del pueblo se considera como un chorrito de agua que cae por un tubito de la pared, no hay ordenadores, la gente no sabe de éstos mundos... y tu puedes hacer como ellos. Puedes perderte en el pasado, que nada te dirán. Ver a los burros andar de un lado a otro, llevando carretas o no, o acercarte a la casa de la mujer que hace esos deliciosos pasteles que luego vende. Es todo un lujazo, por paradójico que suene...

(Continuará)

1 comentario:

Anónimo dijo...

La historia en todos sus ámbitos es un lujo y cada experiencia ganada siempre va a hacer tu vida mejor!!!

Quién dijo que no??

Besos