domingo, 7 de junio de 2009

¡Ya me gradué!


Hiro Nakamura cuando consigue detener el tiempo y transportarse en el espacio, llegando a Nueva York, con su gracioso grito "Ya-ta!". Ésta es la versión en cómic, aunque no me convence demasiado, no he encontrado nada mejor. Como símbolo de júbilo por haber conseguido aquello por lo que luchaba.


A las 6 y media ya estaba con el traje listo dirigiéndome en coche a nuestro teatro municipal. Allí, nervios, algún que otro ensayo, más nervios, y algunas fotos. Nada más llegar, no reconocí a nadie... ¡Todos estaban tan cambiados! Hay personas que cambian radicalmente cuando se les pone un traje... otras que están igual, pues siempre van bien vestidas... y, ciertamente, otras a las que les queda mejor una camiseta de publicidad de la ferretería de tu tío que un vestido. A las 7 y media ya habían llegado los padres, apagado las luces, temblado las piernas y mordido las uñas de cada uno.

El evento duró unas 4 horas, cosa que parece muy larga para una simple graduación... pero si duró tanto fue por la cantidad de cosas que se hicieron. Se dividió la ceremonia en cuatro partes, y en cada una, presentada por dos alumnos diferentes, se entregó la orla a un curso, se hicieron varios espectáculos y algunos profesores hablaron. De la entrega, yo fui el primero de 2º de Bachiller, por lo que estaba muy nervioso... menos mal que antes ya salieron los del nocturno, y tenía alguna idea de cómo debía ser. La orla me la dió mi profesora de dibujo, y le devolví un abrazo... persona amable, buena, toda una madraza, mientras que la banda (sí, a los alumnos se les ocurrió esa una americanada... unas bandas rojas con el logotipo del instituto, la verdad es que estaba gracioso), la banda me la dió mi tutora, a la que le dí dos besos, más fríos, pues no soporto a esa mujer. ¡Me ha puesto un 9!

Hubo actuaciones de todo tipo: Ariadna (compañera de clase) tocó el piano, otro chico hizo un "concierto" (la cagó como nadie) de guitarra, dos chicas cantaron, por separado (horteridades enormes), y una pareja hizo una coreografía. En la pareja, el chico era ese tan Miguel Ángel, alguien que ya quedó olvidado, un compañero de mi hermana, chico muy muy guapo que es un gran bailarín (ganador de premios a nivel nacional) y que nos impresionó a todos. Ya hace un tiempo me dijeron que era gay... y hoy ya me lo confirmaron. Durante todo el espectáculo, Lola, con quien estaba sentado, no paró de decirme que ligara con él... y yo de reírme por su insistencia.

El director, nuestro querido director, bueno en su cargo pero pésimo como profesor de francés, nos deleitó con un divertido discurso plagado de humor y jovialidad, al contrario que los demás directores que en otras graduaciones han sumido al público en el más dulce sopor. El profesor de matemáticas, secretario del instituto, también hizo lo suyo con unas emotivas palabras al final del acontecimiento, aunque el que sí que emocionó fue el esperado discurso de otro profesor de matemáticas, que a pesar de ser de ciencias, las palabras se le dan perfectamente. Nos leyó varios folios cargados de sentimiento, que no caían en la ñoñería ni la sensiblería rosa, pero sí hacía encogerte el alma con sus metáforas precisas y los adjetivos acertados. O, al menos, eso me produjo a mí. Por último, decir que nuestra alcaldesa, famosa en Fuengirola por muchas cosas, más exactamente por su vídeo, que como no os lo debéis de perder os pondré ahora, nos dió otro discursito en el que no se dejó de percibir su aspecto político. Querida por algunos y detestada por otros, hizo claramente campaña, dándose a sí misma la enhorabuena por ser la que promovió la construcción del teatro, y desprestigiando a los que le llamaban de elitista, pues la oposición pensaban que ella iba a cobrar por el uso del recinto municipal. Craso error decirlo... teniendo en cuenta que nuestro instituto ya tenía reservado el espacio hace muchos meses, y se descubrió semanas antes que el día previsto, el 30 de Mayo, el teatro sería ocupado por un grupo de ballet que, lógicamente, con dinero había comprado nuestro puesto. Aun así, nuestro director, tan humilde siempre, no paró de deshacerse en alago hacia su señoría.

También en cada parte, se visualizaba un vídeo, de unos 15 minutos de duración cada uno, perfectamente realizado, con música muy apropiada (¡los Beach Boys, incluso Freddie Mercury!). También muy emotivo, nos gustó mucho. Se lo curraron muchísimo, con efectos en las imágenes y retoques muy buenos, aparte de fuertes toques de humor.

Hacia el término de nuestra "función", recibimos una gran sorpresa. En la disertación del secretario, acabó derivándose (nunca mejor dicho, siendo profesor de matemáticas) hacia el tema del esfuerzo de los alumnos y a su recompensa, saltando de ahí a las matrículas de honor. De repente, comenzó a nombrar a personas, para que subieran a recoger su título que certificaba tener uno de los 11 mejores expedientes . Éstas fueron Julián (con un 9'72), Aida (un 9'11) y Lola, con también más del nueve. Yo ya me lo esperaba, así que el sexto o séptimo nombre correspondió al mío, y me levanté hacia a recogerlo al escenario. El secretario me estrechó la mano fuertemente, le susurré un "gracias, ha sido todo un honor", el director me dió el título y nos dijimos algunas palabras, y le dí dos besos a las dos concejalas (creo recordar) que habían subido. Las dos me dijeron que tenía pinta de intelectual, nos reímos, y les dije que no había engañado, si había conseguido la matrícula. Sinceramente, la considero inmerecida, pues he sacado un 8'89 de media, y no me parece suficiente para tener la matrícula... pero es un favor que el instituto nos hace. Me explico: ellos pueden entregar matrícula de honor a el 5% de los matriculados en Bachiller, y, aunque deben de tener más de un 9, dejan de lado esa norma, y la entregan a los que tengan más nota... a ellos no les cuesta nada, y ayudan así a los que más se lo merecen. Ese fue uno de los momentos más importantes de la noche, pues mientras subía al estrado y recibía un aplauso del público, me sentí bien conmigo mismo, satisfecho por lo que había conseguido. Ví entonces recompensado todo el sufrimiento, todas las horas malas, todas las noches preocupado, todas las lágrimas. Estaba feliz, pues, a pesar de haber perdido muchas cosas, estaba ganando con ese papelito firmado todo un futuro prometedor.

Otro de los grandes momentos fue cuando subimos todos al escenario a hacernos fotos. Ya las lágrimas comenzaron a aflorar en todos. Los chicos de apariencia más fuerte, lloraban sin consolación, y las chicas se preocupaban de la separación a la par que de su pésimo aspecto porque se les corría el rímel. Yo tan sólo me emocioné de veras, que se me empañaron los ojos, cuando volví a saludar efusivamente al profesor de matemáticas, agradeciéndole por todo lo que había hecho por nosotros. Fuí buscando a todas esas personas que durante 6 años han amargado y alegrado mi vida, y agradeciéndole a cada uno todo por ser como son. Muchos lloraban, otros me daban las gracias a mí, dí abrazos a todos los que pude y besos a las que se dejaron. Fue un momento muy bonito, sinceramente. La mayoría me dieron la enhorabuena, y yo les contesté que sin ellos no habría sido posible. Me gustan muchos de mis profesores. Son personas, y además, de las buenas.

Hasta aquí, el acto oficial... luego llegó la cena, y la celebración... no tan celebrada por mí.

(continuará, tranquilos)

¡¡Un besazo a todos!!



6 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando yo era jovencito... bueno que porras, sigo siendo joven, jajajaj... A lo que voy, una profesora, cuando hicimos una cena parecida a la vuestra, pero sin ceremonia de graduación, que antes no se llevaba, me dijo que los chicos con traje ganábamos mucho. Y la verdad es que así es, o al menos a mi me lo parece. jajaja...

Me alegro que la ceremonia fuera bien. La verdad es que es un momento de mucha emoción porque ves recompensados todos los esfuerzos pasados, esos 6 años que has pasado. Que cosas no habrás vivido en esas pareces en las que te has hecho un hombrecito. Desde los 12 años... uffff, que cantidad de historias te llevas. Buenas y malas, seguro, pero todas ellas con algo que contar y algo de lo que aprender.

Me alegro un montón por tí, y ahora a por la selectividad y a pasar un verano cargado de emociones, la primera con tu novio, y después a esperar lo que será el instante más feliz de todos.

Besitos cielo

Malacay dijo...

Que emotivo no pude dejar de recordar mi ceremonia de graduación, muchas felicidades!

Anónimo dijo...

Enhorabuena por la MH.

Un abrazo,

Josep

Unknown dijo...

Querido Ghatito,

Te mando un abrazo cariñoso de felicitación. Eres un niño brillante y con un corazón enorme y lleno de bondad, no puedes sino cosechar éxitos en la vida.

Un beso grande,

˜San Oso de las Montañas˜

eGeo dijo...

Oso: Sobretodo BRILLANTE :)

Que su luz alumbra todos los corazones y además es brillante en sí mismo por su inteligencia demostrada :)

Mua!

Anónimo dijo...

Jejeje Qué bonita graduación. Yo es que a eso de la graduación de lo que vendría a ser el high school pues va a ser que no, pues casi ni me pare por la escuela esos años, demasiado enamorado y demaisado hambriento de placer estaba yo como para atender las tonterías del estudio. En lo que es la middle school pues sí que tuve mi estupenda ceremonia de graduación. En realidad no fue estupenda, quería yo que ya acabará, dejar ya esa escuela en la que lo pasé tan bien pero en la que también sufrí mucho y viví casi desquiciado por la constante presencia de un deseo tan encendido como aparetemente imposible! Tanto tiempo precioso que perdí por no ser más vivillo!!! :DDD